OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Aldama, segunda parte"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la figura del empresario Víctor de Aldama, quien declara hoy ante el Supremo como investigado del 'caso Koldo', y su relación con el Gobierno

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Carlos Alsina

Madrid |

Eso, gracias ministro. Despertémonos, sobre todo quienes estáis ahí, remoloneando en la cama, que hay muchas cosas que hacer y si no, no nos cunde el día. El ministro López, por ejemplo, tiene una guerra que librar -contra las derechas madrileñas- y un ministerio que administrar -que se supone que es donde ficha y por lo que cobra-. De modo que a él más que nadie tiene que cundirle el día. Será un milagro que este hombre pueda reducir su jornada laboral, Yolanda. Tanta plancha pendiente para salvar Madrid y salvar España.

Tal como se le ha puesto la legislatura al gobierno, cada comienzo de semana es un temerse lo peor. Quitando al ministro Cuerpo, que está en racha con los indicadores económicos y los análisis del 'The Economist', para el resto debe de ser un suplicio encarar la semana sabiendo que les pueden llover piedras lo mismo en el Congreso, si Puigdemont se pone puñetero o Podemos se pone retador, que en el Tribunal Supremo -caso Koldo, caso fiscal general-, la Audiencia Nacional -caso Hidrocarburos- o el juzgado 41 de Madrid -caso Begoña-. Más que un calvario es un test de estrés. Qué mina explotará hoy y con qué efectos.

Más que un calvario es un test de estrés

A las diez de esta mañana está citado en el Supremo otro de los investigados por corrupción. El jueves fue Ábalos quien se bajó del coche, se fue para dentro, respondió tres horas de preguntas y se volvió a casa satisfecho. Y hoy será Víctor de Aldama quien se baje del coche, se vaya para dentro, responda a las preguntas del juez instructor (de los demás, ya veremos) y se vuelva para casa a esperar qué nuevas decisiones va tomando el magistrado. El día que declaró en la Audiencia Nacional se fueron sabiendo cosas de las que decía casi en tiempo real. Y enseguida estuvo la declaración completa en los medios. Hoy, veremos.

Declara Aldama después de que Ábalos le tachara el jueves de mentiroso integral -fantasma, impostor, bandido-; después de que Koldo le desmintiera sobre el cobro de comisiones; después de que el ministro Puente le hiciera una auditoría al listado de obras públicas presuntamente amañadas que presentó; después de que Santos Cerdán haya dicho que no se cree nada de lo que imputa a Ábalos.

Todo esto, en realidad, da igual. A efectos penales, quien estima si el testimonio de un imputado es creíble o no, o en qué parte sí y en qué parte no, ni es Cerdán, ni es Puente, ni es Ábalos, ni es Pedro Sánchez... Son la fiscalía anticorrupción, el juez instructor y, en su momento, las instancias judiciales superiores y los tribunales a los que les toque juzgar.

Declara Aldama después de que el gobierno y sus ministros haya puesto en circulación este salmo que dice que carece de crédito un tipo que es delincuente confeso (salvo que se llame Puigdemont, dices, no, ésa es otra película). Delincuente confeso por aquí, delincuente confeso por allá.

El problema es que los delitos que ha confesado Aldama son los propios de quien engrasa la maquinaria con dinero para conseguir que cargos públicos privilegien a determinados empresarios en perjuicio de otros -tráfico de influencias, malversación- y eso supone que haya cargos públicos que haya recibido ese dinero y se hayan corrompido. Cada vez que un ministro llame a Aldama delincuente confeso habrá que preguntarle quién dice usted que se corrompió.

Los delitos que ha confesado Aldama son los propios de quien engrasa la maquinaria con dinero para conseguir que cargos públicos privilegien a determinados empresarios en perjuicio de otros

El presunto corruptor ha hecho, hasta ahora, una declaración en el juzgado -Audiencia Nacional- y dos entrevistas en medios. Tanto en el juzgado como en las entrevistas hubo cuestiones en las que no quiso entrar. Por puro cálculo, o dosificación. Él mismo dijo que hablaría de ello en el Supremo. Dejó pendiente de explicar, por ejemplo, lo del cupo vasco.

La insinuación de que los favores a constructoras en licitaciones eran patrimonio de unos dirigentes u otros según dónde se produjeran. Según Aldama, Koldo le dice que Santos Cerdán está molesto porque se han metido en una licitación del País Vasco y ese territorio es suyo. Y la forma de apaciguarle es entregarle quince mil euros en un bar enfrente de Ferraz. Cuando se le preguntó en la W radio si tiene algún guasap que involucre a Cerdán dijo que no.

El resto incluye al ministro Ángel Víctor Torres, que dice no entender por qué Aldama la ha tomado con él. Lo dijo aquí el jueves pasado. Y también, que no recuerda haber intercambiado nunca un guasap, pero.

Y dejó Aldama pendiente responder qué trato tuvo con Begoña Gómez. Si, como publicó 'El Confidencial' en febrero -primera información que afectaba a la esposa del presidente y que éste intentó que no se publicara-, Hidalgo y él fueron a presentarle a ella ideas de posibles negocios.

De Begoña, hasta hoy, Aldama no ha dicho ni mú. Ni en su favor ni en su contra. La respuesta la conoce él, la conoce Begoña Gómez y, si acaso, la conocerá la UCO, si es que ha empezado a mirar ya el contenido del teléfono móvil particular del investigado. Nadie sabe, en rigor, lo que el caso, o los casos, nos pueden aún deparar.

El PSOE sigue abonado a la teoría de la conspiración. La conjura contra el sufrido gobierno y su aún más sufrido presidente. El acoso, la persecución, la cacería. Dígalo usted, ministra Montero, como si fuera un personaje de Ortega.

El PSOE sigue abonado a la teoría de la conspiración

De Ortega, Juan Carlos, no José. Pedro, nos representas. Quién no ha tenido una esposa investigada por tráfico de influencias y apropiación indebida que haya sido defendida por la abogacía del Estado, la fiscalía y hasta el último de los ministros (y ministras). Quién no ha prestado a su esposa una asesora de Presidencia para que le haga unas gestiones con sus patrocinadores y una sala para sus reuniones.

Quién no tenido de guardián de sus avales a Koldo, de secretario de organización al novio de Jessica, de ministro de Transportes al firmante de un contrato de alquiler con opción a compra de un piso en la Castellana que era de Aldama. Quién no ha dado, en fin, veintisiete versiones distintas del viaje de Delcy, incluida aquella que decía que el presidente no estaba al tanto para admitir tres años después que sí lo estaba.

Ahí estamos, mutualizando la responsabilidad política de haber encumbrado al hoy investigado Ábalos. Teoría de la conspiración. Ha dicho Cerdán este fin de semana, entrevistado en 'ElDiario', que hay estamentos que intentan que caiga este gobierno. Y que él no se cree nada de lo que Aldama dice sobre Ábalos. Pero entonces por qué te echaron del grupo, José Luis, por qué te exigieron el acta si no creyeron nunca que tú fueras responsable de nada. Qué terrible cuando un partido político asume de esta forma lo injusto que fue al repudiar, extrañar, desterrar a un hombre limpio. Limpio y, sin embargo, apestado.