¿Qué tiene que ver el parchís con el número 25 y con la reina Victoria?
Marta García Aller nos cuenta en Más de uno el origen del parchís.
La palabra parchís procede del hindi pacīsī; de pacīs, veinticinco, que se pronuncia más o menos "parchisi". Se llama así porque 25 era la cifra máxima que se podía puntuar al lanzar el dado, que en tiempos de Akbar I el Grande no era un dado sino las conchas de un molusco llamado caurí. Ahora en todo el mundo al juego del parchís se le conoce como ‘Ludo’ (en latín, yo juego), menos en España que lo llamamos ‘Parchís’.
Para conocer la historia de este objeto cotidiano viajamos hasta el siglo XVI, al palacio del emperador mongol Akbar el Grande que, como todos los emperadores que viven en un palacio, debía de aburrirse bastante. Así que mandó construir un parchís, pero no uno cualquiera, sino uno a tamaño natural, con piezas humanas. Las fichas eran 16 mujeres de su harén, vestidas de los cuatro colores reglamentarios, que se movían por un tablero de mármol en forma de cruz.
El emperador decidía qué fichas se movían, y a ver quién se atrevía a llevarle la contraria. Y cuenta la leyenda que fue así como poco a poco se fue popularizando el juego entre las clases más humildes, que lo jugaban con un tapete o paño con las casillas bordadas. Otras teorías creen que se originó en China.
La llegada del parchís a Europa
La llegada del parchís a Europa parece que se lo debemos a la reina Victoria y a Felipe II. Otros que debían de aburrirse mucho en palacio. A finales del siglo XVI Francisco I de Medicise lo regaló a Felipe II, aunque también podría haber llegado a la Península con los musulmanes.
El juego no empieza a comercializarse hasta finales del XIX y en el inventario del Museo del Traje hay algunas muestras de tableros de madera, de hace un siglo, que por un lado tienen el parchís y por el otro la Oca. Una de las hipótesis del juego de la Oca es que lo crearon los templarios en el siglo XI inspirándose en el Camino de Santiago.
Un juego, en principio, para adultos
En aquella época, tener tiempo libre para jugar era un lujo que solo la aristocracia podía permitirse. Dicen que fue la Reina Victoria que se hizo muy aficionada al parchís en el siglo XIX durante la conquista de la India. Y así fue como la aristocracia londinense lo adoptó como un entretenimiento de salón solo para adultos que le hacía la competencia a los juegos de cartas y al ajedrez.
Y al final, ¿quién se forró con el invento? Pues el listillo americano que lo patentó. Un tal John Hamilton, que luego le vendió los derechos a otro empresario que luego compró una compañía juguetera que registró la marca en 1874. El parchís fue el juego más vendido durante décadas.