LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "No solo vemos pelis navideñas por costumbre, también como antídoto a la incertidumbre"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre el auge de las películas navideñas de bajo presupuesto y guiones previsibles.

Marta García Aller

Madrid |

Proliferan estos días las películas de Navidad. Y dirás, menuda noticia. Pero es que hay más que nunca. Es un fenómeno curioso. No me refiero a las grandes obras maestras. Como Plácido, que si no recuerdo mal es la película navideña favorita de Alsina, Jungla de Cristal, que por supuesto ES una película de Navidad, o Solo en Casa, que estos días vuelve a lo más visto.

Lo curioso no es eso. Sino que cuanto más contenido tenemos disponible en casa, más mediocres y cursis son las películas navideñas que triunfan en estas fechas. Hay un auge de pelis navideñas de bajo presupuesto y récord de audiencia. Se estrenan centenares al año. Hablo de películas, por decirlo de un modo elegante, alejadas de cualquier sofisticación. Esa en la que una estatua de hielo cobra vida cuando una joven viuda le pone una bufanda roja… adivina qué pasa entre ellos. Otra en la que una estrella del pop que busca inspiración para una canción navideña conoce a una joven fan. Adivina qué pasa entre ellos. O esa en la que una rica heredera pierde la memoria tras un accidente de esquí y acaba en un modesto hotel rural regentado por un padre viudo. Adivina... La del hombre de hielo que cobra vida dice The Economist que se ha visto 52 millones de horas en tres semanas. Un hit.

¿Por qué estas películas alegres con romances ingenuos, árboles de Navidad y finales felices tan previsibles están siendo un éxito de streaming? Por previsibles. Cuanto más previsibles, mejor.

Las películas navideñas son lo opuesto a las noticias. En las películas navideñas hay gente buena a la que le pasan cosas buenas todo el tiempo. Y este auge de películas mediocres de final feliz que se producen al peso y, además, con éxito de público, son una señal. Cuanto más imprevisible se vuelve el mundo, más demanda tienen los contenidos previsibles. Todo cambia muy rápido. Y más que va a cambiar en 2025. Normal que andemos buscando finales felices allá donde seguro los podemos encontrar.

¿Moraleja?

No solo vemos pelis navideñas por costumbre, también como antídoto a la incertidumbre.