Marta García Aller: "Para quien quiere sonar moderado, evitar la xenofobia debería ser sagrado"
Marta García Aller reflexiona sobre la xenofobia que esconde la declaración que hizo ayer Alberto Núñez Feijóo al tratar de condenar el ataque a dos iglesias en Algeciras por parte de un joven musulmán.
Para evitar parecer racista, y lo que es más importante, para evitar serlo, conviene abstenerse de añadir un ‘pero’ después de la frase en la que se niega serlo. Conviene evitar también, cuando lo que se quiere subrayar es que no se debe criminalizar ninguna religión porque algún fanático mate en su nombre, añadir después un ‘sin embargo’.
Ay, el ‘sin embargo’. Pues fue lo que ayer hizo Feijóo en lo que todavía no me queda claro si fue un lapsus o un arranque de sinceridad. El líder del PP quería subrayar, al condenar el atentado de Algeciras, que lo ocurrido no tiene nada que ver con ninguna religión, que una cosa es el fanatismo y otra la religión. Pero, pero, añadió un ‘sin embargo’. Uno especialmente osado. “Y, sin embargo”, dijo, “nosotros, desde hace muchos siglos, no verá usted a un católico o a un cristiano matar en nombre de su religión y sus creencias”.
Lo más grave no es que la afirmación no pase un ‘fact checking’, que no lo pasa. Ni que caiga en la tentación de aclarar que, bueno, que ninguna religión es mala pero la suya es mejor porque en su nombre se mata menos gente. Más intrigante, más revelador, me parece ese ‘nosotros’. ‘Y, sin embargo, nosotros’, dijo Feijóo.
¿Nosotros? ¿Cómo que ’nosotros desde hace muchos siglos’? ¿Nosotros quiénes? ¿Nosotros los 700 millones de católicos? ¿Nosotros los 47 millones de españoles? ¿O solo los blancos? ¿Y quiénes son ellos? ¿Los 1.500 millones de musulmanes? ¿Los inmigrantes? ¿Pero todos? ¿O solo los que vienen de África? ¿Nosotros somos los que tenemos papeles? ¿De residencia o de bautismo?
Hay pocas cosas tan reveladoras en política como la construcción de identidades con la creación de un ‘ellos’ y un ‘nosotros’. Y cuando se habla de un asesino como el de Algeciras no hay un ellos, solo un él. Por eso me preocupa tanto ese ‘nosotros’ del que habla el líder de la oposición. Seguro que no creyó que iba a sonar racista, pero…
¿Moraleja?
Para quien quiere sonar moderado, evitar la xenofobia debería ser sagrado.