LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Que por un error judicial dejemos escapar al capo del narcotráfico, es un ejemplo muy gráfico"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la presunta descoordinación judicial que ha dejado en libertad a uno de los capos del narco más peligrosos de Europa.

Marta García Aller

Madrid |

Cuando unos traficantes de drogas asesinaron a dos guardias civiles en Barbate, hablamos de la precariedad de las fuerzas de seguridad para combatir a los narcos. También de la pobreza y la desesperación en las que estas bandas pescan adeptos ofreciendo dinero fácil en zonas deprimidas. Pero hay otra cara del narcotráfico de la que hablamos menos y debería preocuparnos mucho, no sé si más.

Hay precariedad en los medios policiales. Muchos narcos para poca policía. Pero también hay muy pocos recursos en el sistema judicial, saturado y lento. El mejor ejemplo es la fuga del narco que acaba de desaparecer en Málaga. La policía española había conseguido detener en Marbella a Karim Bouyakhrichan, uno de los presuntos capos del narco más peligrosos de Europa. Una descoordinación judicial lo ha dejado en libertad. Presunta descoordinación, a lo mejor habría que decir también.

Le pusieron una fianza ridícula de 50.000 euros y ha huido, claro. Si un narcotraficante con recursos multimillonarios y sin arraigo en España, alguien a quien la policía considera capaz de meter en Europa toneladas de cocaína y de ordenar asesinatos, extorsiones y secuestros, si alguien que vive entre Marbella, Dubai y Marruecos, no tiene riesgo de fuga, ya me dirás.

Y no es un caso aislado. Hay indicios de que en Marbella están creciendo todas estas bandas criminales. Esto convierte la Costa del Sol, como dice el periodista Nacho Carretero, que ha investigado mucho esto, en la ONU del crimen organizado. Hay bandas de narcos de todo el mundo operando desde Marbella con un macabro modelo de teletrabajo de lujo. Son grandes fortunas que compran mansiones a tocateja y con pinta de ricos, no de muchachos en paro de la Línea de la Concepción. A lo mejor por eso es más fácil mirar para otro lado.

Así que faltan medios, sí, policiales y judiciales. Pero para combatir la ola de criminalidad organizada que opera desde España también falta que lo percibamos como el problema tan grave que es.

¿Moraleja?

Que por un error judicial dejemos escapar al capo del narcotráfico, es un ejemplo muy gráfico.