Marta García Aller: "Ante el peligro del matrimonio infantil, no podemos ponernos de perfil"
Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la ley que se ha aprobado en Colombia para prohibir el matrimonio infantil
Quería sacar un rato para celebrar una buena noticia. Una que llega tarde. Esta semana Colombia acaba de aprobar una ley para prohibir, por fin, el matrimonio infantil. Hasta hora Colombia permitía los matrimonios con niñas de 14 años si contaban con el consentimiento de los padres. “Son niñas, no esposas”, llevaba la iniciativa como lema. Ocho veces ha intentado tramitarse y por fin sale adelante. Colombia ocupaba el puesto 20 en la lista de países que permiten las uniones forzosas con niñas menores de 15 años. Una lista de la que, desgraciadamente, no solo salen países. También los hay que escalan posiciones.
Porque ya sabemos, y últimamente sobran ejemplos, que los derechos no siempre avanzan. A veces retroceden. Así que mientras Colombia sale de la vergonzosa lista de los países que permiten el matrimonio infantil, otro país, Irak, está a punto de legalizar el matrimonio con niñas a partir de los 9 años y de paso quitar a las mujeres iraquíes algunos de los derechos más básicos como tener la custodia de sus hijos y el derecho a divorciarse.
No es la primera vez que el régimen iraquí intenta reformar la ley, hace diez años la reforma se paró por a oposición de las mujeres del país. Pero la mayoría parlamentaria conservadora chiíta está a punto de sacar adelante las enmiendas.
El Gobierno iraquí defiende que la reforma "protege" a las mujeres y a las niñas de "relaciones inmorales". Lo que en la práctica significa "legalizar la violación infantil".
Esos matrimonios, comunes en las comunidades chiítas más pobres, ahora no son legales, lo que no significa que no sean comunes. Pero sin un certificado de matrimonio, los hospitales rechazan la admisión de niñas embarazadas. La reforma legalizaría estos matrimonios, pero Human Rights Watch denuncia que también permitiría denegar a las niñas y adolescentes el acceso a la educación.
Según UNICEF, hace diez años a una de cada cuatro niñas, ¡una de cada cuatro en todo el mundo!, la casaban siendo todavía niña. Ahora es una de cada cinco.
¿Moraleja?
Ante el peligro del matrimonio infantil, no podemos ponernos de perfil.