Marta García Aller: "Los europeos no nos ponemos de acuerdo en lo que Putin aterra"
Marta García Aller reflexiona sobre la continuidad de los horrores de la guerra en Ucrania, con la explosión de la presa de Kajovka como última catástrofe, y sobre cómo los europeos nos vamos acostumbrando al conflicto.
Cuando en Jersón se habían acostumbrado a ponerse a salvo de los bombardeos, han llegado los rescates a la desesperada en botes por las inundaciones. Salen con lo puesto. Con sus hijos y animales a cuestas. Otro desastre, otra devastación, a la que se están teniendo que acostumbrar miles de ucranianos cuyos pueblos han quedado bajo las aguas de la presa de Kajovkaque explotó el martes. Más de 80 kilómetros a la orilla del río en las que el agua se ha tragado fábricas, casas, granjas, estaciones, cementerios… más de una veintena de ciudades enteras sumergidas. Y 20.000 personas evacuadas mientras Moscú y Kiev siguen cruzándose acusaciones de quién voló la presa. Es un crimen de guerra. Otro más.
Y mientras los horrores de la guerra siguen, los europeos también nos vamos acostumbrando a ella. Una encuesta realizada en 11 países, entre ellos España, refleja que 15 meses después de que Rusia invadiera Ucrania se ha triplicado la cantidad de europeos ven la Rusia de Putin como un adversario (dos tercios). Solo faltaba. Pero oye, queda todavía tanto en España como en el resto de Europa un 5% que todavía ve a Rusia como un aliado y un 20% como socio necesario.
Sin embargo, la proporción de gente que tiene una opinión muy negativa de Rusia varía y mucho según el país. Más del 70% en Dinamarca y Suecia tienen mala opinión de la Rusia de Putin, pero solo el 17% en Bulgaria. Italia está en un preocupante término medio, que hace temer a los analistas que Roma pueda revisar su postura pro-Ucrania.
Y que haya tanta diferencia entre los países europeos es inquietante en un momento en el que hay una mayoría de europeos que quieren que la UE invierta más en armamento y se vuelva autosuficiente en defensa.
Estos días se está preparando en Alemania el mayor ejercicio de maniobras militares de la OTAN. Más de 2000 vuelos para la operación Air Defender. Desde la Segunda Guerra Mundial nunca tantos aviones de combate han sobrevolado el cielo alemán. Y que sean maniobras defensivas no lo hace menos sobrecogedor. Sobre todo si miramos lo que está pasando en Jersón.
¿Moraleja?
Hace 15 meses que empezó la guerra, y los europeos no nos ponemos de acuerdo en lo que Putin aterra.