LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "Como gane Trump las elecciones, lo inverosímil cobrará nuevas dimensiones"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebran en dos semanas.

Marta García Aller

Madrid |

Quedan dos semanas, solo dos, para las elecciones de Estados Unidos. Tiempo de seguir acumulando noticias difíciles de creer; acontecimientos no sé si históricos (qué desgastado tenemos este adjetivo) pero inverosímiles.

Y no lo digo por los últimos comentarios de Trump, que lleva tanto tiempo sacando los pies del tiesto que ya no hay ni tiesto. Últimamente en sus mítines pierde tanto el hilo que ya no está claro si busca provocar o es que está perdiendo la cabeza. Este fin de semana en Pensilvania, uno de los estados clave, Trump divagó más de lo habitual. Pasó 12 minutos de su mítin hablando de un famoso golfista, ya fallecido, haciendo referencia al tamaño de sus genitales y cómo impresionaba a todos cuando se duchaba. ¿Está desvariando el candidato octogenario o es que es así de soez? Pues no está claro, tampoco si este descenso incómodo a nuevos niveles de vulgaridad alejará a votantes indecisos.

Pero no era de Trump de quien te iba a hablar. Sino de Elon Musk. El apoyo de Trump al hombre más rico del mundo, trae también muchas cuestiones nunca vistas. Musk acaba de anunciar que donará un millón de dólares, al azar, un millón al día, entre los votantes registrados que firmen una petición conservadora. La ley federal dice que es ilegal pagar o aceptar un pago por registrarse y hay muchas dudas de que esto se pueda hacer. Pero lo está haciendo.

Y no es esta la mayor preocupación del papel de Elon Musk en las elecciones, tampoco su manipulación de Twitter para promover propaganda republicana. No. La mayor distopía es qué pasaría si Trump gana y nombra al hombre más rico del mundo jefe de “una comisión de eficiencia gubernamental”, tal y como ha prometido. Musk tiene con sus empresas muchos contratos con el Estado, para sus cohetes, sus automóviles y satélites, desde para controlar permisos de coches autónomos a sus vertidos contaminantes... Trump convertiría a Elon Musk en el regulador de los reguladores que lo controlan.

¿Moraleja?

Como gane Trump las elecciones, lo inverosímil cobrará nuevas dimensiones.