'Yoga' de Carrère o por qué la novela clásica murió con el divorcio
Hablamos con Sergio del Molino sobre la nueva novela de Emmanuel Carrère 'Yoga' y sobre su teoría de por qué la novela clásica murió con la llegada del divorcio
Según Sergio del Molino, la novela clásica llegó a su fin con la llegada del divorcio a las sociedades contemporáneas. Como las parejas no se podían divorciar, los adulterios, engaños y sufrimientos propios de matrimonios concertados daban para muchas páginas. Así, las novelas del siglo XIX, como 'Ana Karenina' de Tólstoi, 'Madame Bovary' de Flaubert, 'Fortunata y Jacinta' de Galdós o 'La Regenta' de Clarín, que tienen como tema principal el matrimonio destacan por ser muy largas, igual que los matrimonios, que eran para toda la vida.
[[H3:'Yoga' de Carrère]]
La teoría de Sergio del Molino sobre las novelas de matrimonio, tiene su relación con 'Yoga', la nueva novela de Emmanuel Carrère. En este libro de 'no-ficción', donde mezcla su vida con la novela, el autor quería escribir sobre el yoga. Sin embargo, mientras hacía un retiro espiritual para escribir sobre ello, le pasaron dos cosas: sufrió una crisis de salud mental y una grave depresión que le obligó a internarse en un hospital psiquiátrico, y se divorció de su mujer. Por tanto, la historia del libro cambió radicalmente y se convirtió en lo contrario de las novelas del siglo XIX: una novela de divorcio.
Según cuenta Sergio del Molino, a la excónyuge de Carrère "no le hizo ninguna gracia que contase todas las miserias del matrimonio", por lo que, mediante juicios y abogados, obligó al escritor a sacarle de la novela. En 'Yoga', Carrère se ve obligado a contar un divorcio que no puede contar y su ex mujer no aparece en ningún momento de la novela. La novela, que empieza hablando sobre el matrimonio, acaba hablando de un divorcio del que, por motivos legales, no puede hablar.
"Es una novela que no está gustando mucho a los 'Carrèrianos", explica Sergio del Molino, porque ha tenido que inventarse personajes ficticios para cubrir el hueco de su ex mujer y porque parece que no tiene la intensidad de otros títulos. Sin embargo, al periodista sí le ha gustado la novela de divorcios sin divorcios.
Conchita Quirós, librera durante 62 años
Leopoldo Alas Clarín se inventó la ciudad de Vetusta para su novela 'La Regenta'. Vetusta era su particular versión de Oviedo, ciudad donde en 1921 Alfredo Quirós abrió las puertas de la Librería Cervantes. De todos los hijos que tuvo Alfredo, que fueron cuatro, sólo Concha tuvo interés en el negocio familiar. Concha fue particular en su época.: se empeñó en hacer prácticas en París, con una beca del gobierno francés y fue de las primeras mujeres que condujo en Oviedo. A Concha le plantaron una bata nada más terminar la carrera de Filosofía y Letras y la colocaron detrás del mostrador familiar, algo que debió gustarle mucho porque duró allí 62 años.
Conchita murió la semana pasada con 85 años y ahora quien se ocupa de la librería Cervantes es Alfredo Quirós, quien nos cuenta que para Concha "la librería era su motor, su vida, su todo". La librería Cervantes es una de las más importantes del panorama literario y el trato de Conchita era inmejorable: "atendía a todos por igual, acercaba los libros a los lectores", explica Alfredo.
Hace no muchos años la librería Cervantes estuvo a punto de ser vendida a una gran cadena de librerías, en condiciones económicas bastante favorables para la propia Conchita Quirós. Pero la operación se truncó finalmente cuando el comprador se negó a mantener a toda la plantilla de Conchita. "Conchita dijo que no podía despedir a empleados que llevaban en el negocio toda su vida", cuenta Sergio del Molino, quien mantenía una estrecha relación con la librera.