CON SERGIO DEL MOLINO

Exploramos una nueva dimensión de lo "kafkiano"

Sergio del Molino reivindica, en el Día Mundial del Chiste, el humor de Franz Kafka y lo analiza junto al escritor Manuel Vilas.

ondacero.es

Madrid |

En Biblioterapia, junto a Sergio del Molino, intentamos definir el significado de la palabra "kafkiano".

Pese a que en la cultura popular se ha terminado utilizando para definir todo tipo de situaciones, la RAE recoge su definición como "situación absurda, angustiosa".

Pero esta mañana Sergio del Molino nos propone explorar una nueva dimensión de lo kafkiano.

El propio Kafka escribió:

"Por naturaleza siempre estamos próximos a reírnos; a pesar de todas las miserias de nuestra vida, siempre tenemos a punto una ligera sonrisa."

Y escribió el profesor David Foster Wallace:

"Algo que me frustra cuando estoy intentando leer a Kafka ante estudiantes universitarios es que me resulta casi imposible hacerles ver que Kafka es gracioso.

El humor de Kafka no usa casi ninguna de las formas y códigos particulares del entretenimiento contemporáneo. No hay juegos de palabras recurrentes ni acrobacias verbales. En Kafka no hay humor sobre funciones corporales, ni dobles sentidos sexuales, ni intentos estilizados de rebelarse ofendiendo a las convenciones. Nada de bufonadas ni metaparodia ni quejas continuas como las de Woody Allen.

No hay ninguna de las inversiones de opereta de las modernas comedias de situación. Tampoco hay niños precoces ni abuelos malhablados ni compañeros de trabajo cínicamente insurgentes. Y tal vez lo más extraño de todo, las figuras de autoridad de Kafka nunca son simples bufones huecos a los que ridiculizar, sino que resultan siempre absurdos y temibles y tristes, todo al mismo tiempo, como el teniente de “En la colonia penitenciaria”.

Y es esto, creo yo, lo que hace que el ingenio de Kafka sea inaccesible para unos niños a quienes nuestra cultura ha educado para que vean las bromas como entretenimiento, y el entretenimiento como algo reconfortante.

Por si aún hubiera dudas, ha contado el gran amigo, albacea y editor de Kafka, Max Brod que, al leer ‘El proceso’ en voz alta, el propio escritor checo se reía tanto "que por momentos no podía ni seguir leyendo"".

El humor de Kafka

En este 1 de julio, Día Mundial del Chiste, queremos reivindicar que Kafka también es gracioso. Y que leerle puede ser divertido. En el centenario, además, de su muerte.

"Nos han enseñado a leerlo de una forma muy seria", señala Sergio del Molino.

Una opinión que comparte el "kafkólogo", Manuel Vilas, el cual ha explicado que la interpretación solemne de las obras del autor checo se produjo en la década de los años 40 por parte de los existencialistas franceses que lo leyeron en una clave muy intelectual.

"Es el mayor escritor del s. XX, es distinto a todos los que he podido leer", ha señalado Vilas, que indica que los dos grandes novelistas de la literatura universal, Kafka y Cervantes, eran "dos humoristas".

Para Vilas, la gran novela de Franz Kafka es "El Castillo".