La sensación es que la derrota del Pizjuán hizo más daño al Real Madrid de lo que imaginamos en principio. El equipo de Zidane perdió en Sevilla algo más que los puntos y la racha; perdió la confianza. Ayer le faltó puntería y le fallaron los delanteros, tanto Cristiano como Benzema. Nada de esto resta valor a un Celta que se ha instalado por méritos propios en la clase media del fútbol español.
La victoria del Alavés ante el único superviviente de Segunda no fue tan inesperada. Lo relevante es que el Alcorcón aguantó el empate hasta el minuto 89. Dos goles de Ibai Gómez apuntillaron a un equipo que tiene orgullo y todavía plantará cara en Mendizorroza.
La ida de los cuartos se completará hoy con dos citas que prometen emociones fuertes y ayudarán a distraernos del frío. Simeone no se fía del Eibar, y muy hace bien; Mendilibar no regala nada. El Barcelona visita Anoeta en el inicio de las primeras tamborradas y en pleno cabreo de los donostiarras porque el partido coincide con la tradicional cena de la víspera de San Sebastián. Veremos quién paga los platos rotos.
La jornada nos dejó también las lágrimas de Abelardo en su despedida del Sporting. Volverá a ese banquillo porque es joven y porque siempre, de una manera u otra, acabamos volviendo a casa.