Estamos en la semana de la educación financiera y otro año más toca hablar su importancia.
Lamentablemente sólo nos acordamos de ella durante los momentos de crisis. Nos pasó en 2008, en la pandemia y de nuevo en 2022 con la crisis energética. Pero el gran valor de la educación financiera es tomar medidas preventivas y saludables, siempre que esté en nuestras manos, para que cuando lleguen esas crisis seamos menos vulnerables.
Tener conocimientos financieros permite a las personas no solo prevenir el fraude, sino tomar decisiones adecuadas a sus circunstancias y evitar situaciones indeseables derivadas, por ejemplo, de un endeudamiento excesivo.
Los medios de comunicación son determinantes en esta misión, proporcionando información económica de calidad y haciéndola llegar al mayor público posible, siempre con pedagogía.
La información económica y financiera es como el poleo, nunca hace daño y la misión de los economistas, entidades financieras y medios de comunicación es conseguir que la gente no piense que cuando hablamos de economía estamos conspirando socialmente.