No nos hagamos daño

Jorge Freire: "Cuidado con el tigre"

Jorge Freire nos da un consejo sobre el nuevo concepto acordado sobre la "cultura de cancelación", debiendo saber que cuando cancelamos o surge cualquier polémica, quizá podamos dominarlo un rato, pero siempre se nos puede volver en nuestra contra.

ondacero.es

Madrid | 07.03.2023 10:53

El consejo lleva por título "Cuidado con el tigre". Ahora que ha quedado en agua de borrajas la polémica sobre la censura de las novelas infantiles de Roald Dahl porque finalmente no se toca nada. Creo que es momento de extraer alguna moraleja, que, por cierto a lo mejor esta censura no ha llegado a nada quizá gracias a todos esos bravíos columnistas que nos han alertado que la corrección política nos lleva a una nueva edad oscura. Quizá al ver a esos centinelas de la libertad abrazaditos a su libro infantil, los promotores de la censura se han arredrado.

No lo sé, sea como fuere, lo que ha sucedido en realidad es que por enésima vez una empresa ha tratado de servirse de los lavatorios de la corrupción política para limpiar su imagen y, la jugada les ha salido mal. No es la primera, hace una semana la editorial DC. Comics, la de Superman y la de Batman conmemoraba el mes de la herencia hispana y lo hacía con una serie de portadas especiales que resultaban por así decirlo estereotípicas. Un héroe portaba una bolsa de tamales, una heroína se comía un burrito, otro se comía unos tacos y la palma se la llevaba "How Girl" vestida con delantal llevando un plato de platanitos fritos, lo que cabreó a infinidad de lectores para los que solo faltaba que los héroes hispanos aparecieran echándose una siesta para rematar el tópico.

¿Qué moraleja extraemos del caso Roald Dahl? Pues que los herederos del lucrativo autor quisieron jugar a la cancelación selectiva del abuelito y casi acabaron cancelados a la manera del alguacil, alguacilado. Por ejemplo, al cambiar a los Oompa Loompa de Charlie y la Fábrica de Chocolate para que fueran de género fluido, muchos medios recordaron que el propio Dahl ya había hecho algo parecido en vida. Dahl que era un racista de tomo y lomo había establecido en la primera edición que eran pigmeos africanos y las críticas de que fue objeto le obligaron a cambiarlo en la segunda edición. Con que subirse a la cancelación es como cabalgar un tigre, quizá lo domines un rato, pero en cuanto te tire sus fauces se cerraran entorno a su garganta y tú también acabarás cancelado.

Decía Agustín García Calvo que no se trata de defender lo que quieren destruir, si no de defendernos de lo que quieren construir. Muchos se quejaban de que en la nueva edición de Matilda, la protagonista ya no leyese a Kipling sino a Jane Austen y yo la verdad agradecía que, por lo menos no le hubieran puesto a leer un ensayo de Greta Thunberg o la biografía de bono. Así que no nos hagamos daño.