Borja Sémper y Edu Madina dan su opinión sobre la película 'Maixabel'
Edu Madina y Borja Sémper reflexionan sobre la memoria y el perdón de algunas víctimas de ETA a los asesinos de sus familiares a raíz del estreno de la película 'Maixabel' basada en hechos reales.
Con motivo del décimo aniversario del fin de ETA, Edu Madina y Borja Sémper publican el 7 de octubre el libro 'Todos los futuros perdidos', de la editorial Plaza y Janés. Se trata de un libro de conversaciones conducidas por la subdirectora de El Diario Vasco, Lourdes Pérez, sobre la memoria, la lucha antiterrorista, de la paz en Euskadi y del futuro de las próximas generaciones.
"Maixabel puso su dolor al servicio de la convivencia"
El miércoles entrevistamos en 'Más de uno' a Blanca Portillo y Maixabel Lasa por el estreno de la película 'Maixabel' una historia basada en hechos reales sobre el asesinato de Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, el marido de Maixabel. Durante esa conversación, hablamos de la memoria, el relato y el perdón de las víctimas de ETA a los asesinos de sus familiares.
"Siempre hubo la tentación de querer monopolizar los dolores de las víctimas, que son muchos y muy diversos", dice Madina, quien muestra su admiración a Maixabel, "una mujer que puso su dolor tanto personal, familiar y social al servicio de una convivencia posible para renovar vínculos". Para Edu Madina, la película es un alegato contra la violencia, defiende los valores humanos contra el terrorismo, sugiere la idea del perdón y enfoca desde una perspectiva optimista el futuro de este país.
"La víctima es el reflejo del Estado de derecho frente al terrorismo"
Borja Sémper recuerda la figura de Joseba Arregi, dirigente del PNV que se convirtió en el gran teórico sobre la consideración política de las víctimas del terrorismo. En definitiva, lo que reivindicaba Joseba Arregi era que la víctima, independientemente de los nombres o tendencia ideológica, se convertía en "un lugar de encuentrode todos como reflejo del estado de derecho frente al terrorismo".
A partir de ahí, "cada víctima del terrorismo puede reaccionar de la manera que su cuerpo le pida o su juicio le permita", sostiene Sémper en su defensa de la dimensión íntima y humana del dolor. De este modo, nadie tiene legitimidad alguna para juzgar, puesto que "hay tantas reacciones lógicas y posibles como víctimas del terrorismo existen", insiste.