Las incógnitas sin resolver del 23F
En Más de uno hablamos con Juan Francisco Fuentes, historiador y escritor del libro ’23 de febrero de 1981: El día en que fracasó el golpe de Estado’, y con Fernando Reinlein, teniente coronel retirado y periodista, sobre el golpe de Estado fallido del 23-F, del que se cumplen 40 años, y las conspiraciones que han surgido alrededor del papel del Rey Juan Carlos.
Se cumplen 40 años de esas calles llenas de silencio, solo roto por los motores de los vehículos militares. Esa noche donde las viviendas españolas bajaron las persianas y apagaron las luces y el miedo se prendió junto a las radios y las televisiones. Los tanques circulaban por las calles y el toque de queda impuesto por los militares dejaba las calles vacías en Madrid y Valencia. A las 18:26 del día 23 de febrero de 1981, el teniente coronel Antonio Tejero y varias decenas de guardias civiles asaltaron el Congreso de los Diputados, en el que se votaba la investidura del candidato Leopoldo Calvo Sotelo.
Para recordar esta fecha tan señalada en el calendario de los españoles y las teorías conspiranoicas que apuntan a que el Rey Juan Carlos tuvo algo que ver con el golpe de Estado, hablamos con Juan Francisco Fuentes, historiador y escritor del libro ’23 de febrero de 1981: El día en que fracasó el golpe de Estado’. Nos explica que todo el bulo viene de un descontento del Rey con el presidente del momento, Adolfo Suárez, que este mismo transmitió al general Armada y añade que había una sensación generalizada en toda España de que Suárez había perdido el rumbo político.
Fuentes relata que las teorías de conspiración quedan desarticuladas en el momento en el que Suárez dimite, "consciente de que iban a por él", y el Rey puede proponer al candidato que quiere para la presidencia del Gobierno. "En cuanto Suárez se quita de en medio, podría haber propuesto al general Armada como candidato a la presidencia", detalla, y añade que la imprudencia del Rey fue la de "haber creído que el general era la solución y no el problema".
Por otra parte, explica que la verdadera incógnita del 23-F, del cual asegura que "conocemos la verdad sobre lo que ocurrió", es el comportamiento contradictorio de Armada.
"Vuelve el mito por la situación actual del Rey emérito"
Sobre las conspiraciones, dice que siguen vivas porque para los historiadores no hay casos cerrados y siempre que "se revisita el pasado, se encuentra una pregunta nueva", especialmente cuando las preguntas las hacemos desde un presente como el actual. Dice que si en el 40 aniversario volvemos sobre un mito "sin ningún fundamento" como el papel del Rey en el 23-F es por la situación que vive ahora España con el Rey emérito.
Concluye explicando que en la participación del Rey en el 23-F para la izquierda viene a ser lo mismo que la autoría nunca aclarada del 11-M para algunas posiciones de la derecha.
Dos incógnitas sin resolver
Además, hablamos con Fernando Reinlein, teniente coronel retirado, que formó parte de la Unidad Militar Democrática y trabajó durante varios años para Diario 16, cubriendo informaciones durante los años del Golpe de Estado. Explica que las conspiraciones sobre un posible golpe de Estado ya estaban presentes en las semanas anteriores al 23-F y que había hasta tres operaciones en marcha, de las que el Rey y los periodistas estaban enterados. Cuenta que el Rey da "un golpe de timón" en el momento en el que nombra a Calvo Sotelo como candidato a la presidencia y, a partir de ahí, Armada empieza a trabajar a sus espaldas, mintiendo a Milans.
Asegura, como conclusión, que aún quedan dos incógnitas sin conocer, que son la trama civil, en la cual solo fue condenado Juan García Carrés, y la participación de los EE.UU., que llevaron sus tropas a las costas españolas y cortaron la comunicación militar con España.
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