Desmontando mitos y leyendas de la Edad Media, con Javier Traité
En 'Más de uno' viajamos hasta la Edad Media para conocer cuáles eran sus olores más característicos y desmontar mitos al respecto de este demonizado (y larguísimo) período de la Historia.
La Edad Media, con sus casi diez siglos de historia, está llena de mitos, creencias y clichés que demonizan a este periodo, muchos de ellos -la mayoría- inventados y lejos de la realidad de la época. Por lo general, la Edad Media se considera una época oscura, sucia y llena de enfermedades, en cuyas ciudades la basura y los residuos biológicos se tiraban por las ventanas.
Sin embargo, la documentación desmiente el mito. En las ciudades, monasterios y castillos el excremento humano se recogía para trasladarlo al campo. Además, había normas para que se gestionase adecuadamente la basura. "Existía una voluntad de regular y vigilar para que el entorno de las ciudades fuese limpio y decente para hacer negocios y que vivieran bien los vecinos", matiza el historiador y guionista Javier Traité, que ha escrito un libro a escrito a cuatro manos entre la entomóloga y divulgadora Consuelo Sanz de Bremond.
Mitos sobre las caries en la Edad Media
A la hora de escribir el libro titulado 'El Olor de la Edad Media. Salud e higiene en la Europa Medieval' les fascinó el tema de los dientes asquerosos y con caries, pero "son más del siglo XIX", cuando hubo grandes hacinamientos de personas en ciudades y una dieta mala.
En la Edad Media, por el contrario, "encontramos muy pocas caries en las dentaduras", en parte por la dieta que siguen, que tiene pocos azúcares, y por el desgaste que le suponía a los dientes algunos restos de arenilla que había en la harina, por ejemplo. "Los dientes medievales tienen mucho desgaste, pero pocas caries", sostiene Traité. Además, encontraron que tampoco tenían mucho sarro y usaban ramas de avellano para frotar los dientes, paños o recetas de dentífricos.
¿Estaba prohibido bañarse si eras cristiano?
Por otro lado, aunque no tenían muchos medios para bañarse a diario, sí se cambiaban la ropa interior prácticamente a diario y se lavaban el cuerpo por parte. También, se generalizó la noción de que en la religión cristiana era considerado un pecado bañarse cada día.
Es cierto que al final del periodo romano algunos de los padres de la Iglesia dijeron "ojo con el lujo", para evitar que los cristianos fuesen a las termas con esclavos y mujeres, comiendo y montando fiestas.
"Para los cristianos no hay ninguna indicación que diga 'no lo hagáis', y, de hecho, estaban gestionados por autoridades religiosas", pues durante la Edad Media siguió habiendo casas de baños a los que a la gente le encantaba acudir.