Hace ahora casi 20 años, en noviembre de 2003, el ya fallecido periodista e historiador Arturo Arnalte dedicaba un artículo en el diario El Mundo a la homosexualidad en los años del franquismo. Se titula 'Cuando el vicio se quitaba con hambre y palos' y en él, recogía el testimonio de dos presos de Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, en Fuerteventura.
Aquel era un lugar donde se recluía a personas homosexuales, a quienes el régimen franquista aplicaba la Ley de Vagos y Maleantes y donde se incluía la homosexualidad como delito tipificado. En ese campo de concentración, los presos realizaban trabajos forzados -desde levantar muros a picar piedra o acondicionar tierras para tareas agrícolas- y eran sometidos a toda clase de privaciones, de golpes, de castigos y de vejaciones.
También hace 20 años, el historiador y profesor Miguel Ángel Sosa Machín publicaba un artículo en el diario La Provincia, titulado 'Invertidos', sobre el mismo tema. Sosa es autor de varias novelas, entre ellas, 'Viaje al centro de la infamia', un texto imprescindible para rescatar la memoria de los hombres que pasaron por esta colonia penitenciaria de Tefía, en Fuerteventura. Además, la que inspira la serie que próximamente estrenará Atresplayer Premium, 'Las noches de Tefía'.
Sosa fue uno de los primeros en recuperar la historia de este campo de concentración que estuvo en funcionamiento 12 años y luego cayó en el olvido. Llegó a esta historia en parte "gracias al azar", pues estaba escribiendo una novela sobre los homosexuales durante la dictadura. 'Memorias de una loca', se titulaba. Entonces, leyó una entrevista a uno de los presos que había estado en la colonia penitenciaria de Tefía: Juan Curbelo Oramas.
"Pensé que me podía nutrir, para dar base real a la novela que estaba escribiendo", cuenta ahora. Empezó a investigar en archivos históricos y, finalmente, logró entrevistar a Juan Curbelo Oramas. A partir de ahí, los expedientes y entrevistas a Octavio García, otro de los presos, fueron transformando la novela inicial hasta aparecer esa otra: 'Viaje al centro de la infamia'.
El hombre llevaba el miedo, la pesadilla de lo que fue Tefía, con él
Cuando se publicó la novela, Curbelo volvió a aquel campo de concentración con Octavio García, quien le puso muchas condiciones: acudir con gafas oscuras, sombrero, no avisar a la prensa, etc. "El hombre llevaba el miedo, la pesadilla de lo que fue Tefía, con él", cuenta Sosa mientras admite que "aquel día le cambió por completo la vida".
Dentro del campo de Tefía, donde había presos comunes, los homosexuales tenían que estar separados del resto de los presos. "Las condiciones eran terribles" explica el historiador sobre la estricta disciplina, los trabajos forzados y el trato diario.
Octavio decía que cuando leía en los libros los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, le recordaban a Tefía. "Sólo faltaban los hornos crematorios, el resto de los tratos eran igual: violencia, humillación, maltrato, hambre... todas esas características lo tenía el campo de concentración de Tefía", asegura.