Las bases americanas en España: cochazos, rock, pantalones vaqueros y amor
La llegada de los americanos a las bases militares de Rota, Morón, Torrejón de Ardoz y Zaragoza, trajo a las vidas de los españoles novedades como los pantalones vaqueros, la radio FM, el rock o el amor. Para conocer cómo eran por dentro aquellas ciudades americanas "como de película" hablamos con Julio Torres, técnico de sonido en la base de Zaragoza, y Claudia Jiménez, casada con un militar americano de la base de Rota.
Cuando la España de Franco firmó con EE.UU. los llamados Pactos de Madrid, en septiembre de 1953 -cinco meses después del estreno de la famosa película 'Bienvenido Mr. Marshall'-, los americanos de Eisenhower dieron ayuda económica a nuestro país a cambio de colocar bases militares en las ciudades de Rota, Morón, Torrejón de Ardoz y Zaragoza.
Pero lo que todavía no podían sospechar los españoles de entonces es todo lo que iban a traer consigo los americanos. No sólo vinieron militares a vivir en aquellas bases que eran como ciudades americanas en miniatura. Además, llegó a la vida de los españoles, de golpe -y muchas veces de tapadillo-, los pantalones vaqueros, el rock, los electrodomésticos de vanguardia, los mejores refrescos, la radio FM y el tabaco más cotizado.
Julio Torres, técnico de sonido en la base americana de Zaragoza
Julio Torres era el técnico de sonido de la primera emisora de frecuencia modulada (FM) que hubo en España, que fue la de la base americana de Zaragoza. Allí trabajó desde 1983 y su cierre en 1992. Por ello, Julio vivió buena parte de los años 80 y principios de los 90 con un pie en Estados Unidos y otro en Zaragoza.Hacían programas tanto de información como de entretenimiento, puesto que la mayoría de los locutores militares eran jóvenes y esa juventud "se contagiaba al show". Por aquel entonces, Julio tenía apenas 21 años cuando empezó a trabajar allí, recién salido del servicio militar. Para él, la base estadounidense de Zaragoza "era una ciudad reflejo con lo que veíamos en las películas, con sus chalets, su barbería, su tienda de discos...", cuenta Julio al que, confiesa, lo que le sorprendieron mucho fueron los grandes coches americanos.
A la emisora de Zaragoza llegaban las novedades musicales, como el rock. De hecho, la primera vez que se escuchó este estilo musical en España fue a través de las radios americanas. También llegaban novedades discográficas porque había acuerdos con las discográficas que, antes de sacar los discos al mercado para su venta, enviaban unas copias a las emisoras norteamericanas para que disfrutasen de las novedades de todo tipo de música. Esas novedades llegaban, al principio, en vinilos. A mediados de los años 80 se pasó al compact-disc "cuando en España ni se conocía", comenta Julio sobre lo novedoso de aquello.
Claudia Jiménez, casada con un militar de Rota
La llegada de los militares americanos también hizo que surgiese el amor entre muchos de ellos y las jóvenes de Rota, Morón, Torrejón y Zaragoza. Una de esas parejas que se formó en aquella época es la de Claudia Jiménez y Wayne Jamison, militar de la base de Rota. Claudia conoció a su marido en Madrid, cuando ella estaba trabajando allí, en una boite en un hotel de la capital. Una amiga suya y ella conocieron allí a dos jóvenes, uno mexicano y otro americano.
Después de aquel primer encuentro, Wayne iba todos lo fines de semana a Madrid para verla. Pasaron los años y, con ellos, llegó la boda en Pamplona, su ciudad natal, y el viaje de novios por el norte de España. Más adelante, de vuelta en Rota, llegaron los hijos. A los dos años de casarse, en 1964, les mandaron a Georgia (Estados Unidos) donde vivieron durante un año. "La sensación que tuve al llegar fue de inmensidad, me pareció un país grande, bonito", recuerda ahora Claudia, que continúa viviendo en Rota.
De su estancia en Georgia le impactaron "las personas de color, pero para bien", aclara, puesto que era algo que aquí no se veía. En aquella época, los afroamericanos sufrían una terrible segregación; "no podían entrar en los bares y sólo podían subirse en la parte de atrás de los autobuses", explica. Además, le encantaron los grandes almacenes, a donde iba todos los días con su hija a pasear.