El final de la etapa de ayer (Marrakech-Zagora, unos 390 kilómetros) fue todo un regalo en este viaje solidario entre España y Gambia. Un viaje que estamos haciendo de forma pausada, tranquila, saboreando cada metro que avanzamos.
Anoche, llegamos a las dunas de Zagora, cerca de la frontera con Argelia, después de atravesar el Alto Atlas. Dunas de Zagora que guardan el recuerdo de las tradicionales familias nómadas del Sáhara, de los bereberes. Las caravanas del desierto tienen en Zagora su punto de encuentro, su zoco, igual que Samarcanda lo fue para la Ruta de la Seda. Desde las dunas de Zagora partió la expedición saadí para conquistar la mítica ciudad de Timbuctu.
La llegada a Zagora, desde Ouarzazate, se realiza a través de un imponente valle de palmeras y casas de adobe, que convierten el camino en un gigantesco oasis.
Anoche aprendimos a guiarnos por el desierto del Sáhara siguiendo a las estrellas. Hoy, cuarto día de viaje, con sol calentando ya las arenas de las dunas, seguiremos conociendo historias de la cultura bereber, como su música, como la que por la noche, con la Vía Láctea sobre nuestras cabezas, sonaba y nos transportaba a la vida de quienes sólo caminan para conocer mundo.
Tened buen día o, como se pronuncia en bereber, "asijhlam".