San Isidro Labrador era de origen africano y conserva sus genitales casi intactos
Ana Patricia Moya, una de las investigadoras de la Universidad Complutense, explica en 'Más de uno' las características del estudio forense que confirma que San Isidro Labrador medía alrededor de 1,85 metros, era de complexión fuerte y sus ancestros eran de origen africano.
Varón, alto, de entre 35 y 45 años y con rasgos africanos. Es el retrato más certero que se ha conseguido realizar de San Isidro Labrador a través del análisis forense realizado por un equipo de investigadoras de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense a la momia del patrón de Madrid, muerto hace diez siglos.
Explicación del estudio
Ana Patricia Moya, una de las profesoras del Departamento de Medicina Legal, Psiquiatría y Patología de la Complutense que lideró el análisis, explica en 'Más de uno' en qué ha consistido ese estudio a través del que se ha podido conocer su edad, estatura, rasgos físicos y signos degenerativos que podrían estar relacionados con su actividad profesional.
"Hemos aplicado sistemas poblacionales y métricos para averiguar su origen", dice la investigadora en referencia a los asombrosos resultados que han obtenido tras la investigación forense.
Conserva su piel y órganos genitales masculinos en muy buen estado
Gracias a la momificación del cuerpo, todavía se conserva la piel de la cara -excepto el cuero cabelludo y parte de los labios y el mentón-, algo que la investigadora califica de "casi un milagro" tras el "trajín" que ha sufrido el cuerpo de San Isidro en sus múltiples traslados.
Otra parte del cuerpo del santo que se ha mantenido casi intacta son sus órganos genitales masculinos. "Se destapa el paño que lleva y se puede ver que tiene órganos genitales masculinos", conservados en muy buen estado como para confirmar su sexo, asegura Ana Patricia.
Las causas de su muerte
Esta investigación sostiene que debió morir con unos 45 años, pero tampoco se sabe con exactitud la causa. No hay rastro de traumatismo que le causara la muerte, sólo infecciones bucales, las cuales podrían haberla causado.
"En los huesos maxilares hemos encontrado unos signos de destrucción de hueso alrededor de varios dientes", explica Ana Patricia. En el siglo XII no había tratamiento con antibióticos, por lo que se cree que estas complicaciones dentales serían las causas de su muerte.
San Isidro, fuerte de brazos debido al trabajo físico
El análisis de los restos llega a la conclusión de que San Isidro era alto -llegaría a medir alrededor de 1,85- y fuerte de brazos, lo que justficaría que realizaba un importante trabajo físico. Los pocos signos degenerativos que tiene, que son leves, se han encontrado fundamentalmente en los hombros y codos, unos tipos de quistes comunes en personas que utilizan mucho los hombros o deportistas como lanzadores de peso.
Según las investigadoras, esto podría determinar que "podría ser zurdo" -porque tiene más en el lado izquierdo que en el derecho- o si se debe al uso de los arados de la época.
¿De origen africano?
A través de los distintos estudios del cráneo, se ha podido demostrar que San Isidro Labrador tenía origen africano, entre otros.
Aunque no se puede decir que fuese puramente caucásico o africano, "esto puede ser lo más llamativo porque estamos acostumbrados a una iconografía que se le representa con rasgos más occidentales y casi actuales", sostiene Ana Patricia Moya.
Sin embargo, se desconoce exactamente cómo era su cara, pues en gran medida entra la subjetividad. Si se obtienen datos fidedignos de ADN se puede obtener un retrato robot, pero al no disponer de los datos completos las investigadoras prefieren ser prudentes, aunque confirman que "tiene ancestros de origen africano".