Núria Espert: "Cada vez que hago una función sigo sintiendo el miedo de no estar a la altura"
A sus 86 años y después de llevar haciendo teatro desde lo 13, la actriz Núria Espert confiesa que sus inseguridades sobre su talento siguen acompañándole en cada función, pero no plantea bajarse de las tablas: "Los actores no deciden retirarse, les retira la memoria, los contratos, el público o los aplausos".
Núria Espert sabe a ciencia cierta que el teatro cura. Que es, por ejemplo, remedio contra la timidez patológica. Que ayuda a reconciliar amistades, a enamorar a parejas -como sus padres- que quizá no estaban predestinadas. Núria también sabe que el teatro alivia el dolor físico, y que aunque te acabes de romper la muñeca allí mismo, hay una fuerza que te hace levantarte y seguir adelante con tu Romancero Gitano, como si el cúbito y el radio estuvieran en su sitio, y no hechos un guiñapo. Y Núria sabe que el teatrocalma también el dolor del alma. Que frente a la soledad repentina, cuando se marcha tu otra mitad, "el escenario es el paréntesis en el dolor, el lugar en el que respirar, un nido de acogida para los pájaros más pequeños".
Lleva dentro Núria Espert una Julieta, una Electra, una bruja, una criada, varias Medeas, una Lucrecia, una Bernarda y varias Yermas. Lleva dentro Núria Espert la luz y la oscuridad, porque la vida es claroscuro, la pasión y las heridas que hagan vibrar los textos que ella elija. El éxito es poder elegir, y acertar y equivocarse.
Los actores no deciden retirarse, les retira la memoria, los contratos o el público
El próximo sábado 26 de junio Núria Espert actúa en el Festival Internacional de Música y Danza en la Ciudad de Úbeda para poner voz a ‘Vivaldi Natura’ junto al grupo La Tempestad. En el espectáculo hermanan las cuatro estaciones de Vivaldi con los textos recitados por Espert. "Los actores no deciden retirarse, les retira la memoria, los contratos, el público o los aplausos", explica Núria, que acaba de cumplir 86 años y lleva desde los 13 haciendo teatro.
La actriz tiene prácticamente todos los premios de las artes escénicas y en 2016 le concedieron el Premio Princesa de Asturias de las Artes por ser “una de las personalidades más sobresalientes del panorama interpretativo, trascendiendo todos los géneros escénicos”. Además, recibió un Premio Ondas en 1959 con Adolfo Marsillach por una radionovela llamada 'A las nueve, lección de matrimonio'. "Ese Ondas fue el primer premio que yo recibía", recuerda ahora Núria. Además del teatro y la radio, Núria Espert hizo doblaje de cine, trabajo que le gustaba muchísimo y con el que "tenía la esperanza de que si hacía doblaje acabaría aprendiendo algo de inglés", dice, aunque nunca consiguió aprender el idioma.
"Con cada función siento como si estuviese debutando en el Metropolitan Opera House"
En muchas ocasiones, Núria Espert ha confesado que le falta seguridad en lo que hace, que sigue sintiendo el vértigo y miedo a no estar a la altura. "Cada vez que hago una función siento como si estuviese debutando en el Metropolitan Opera House de Nueva York", confiesa la actriz a pesar de su larga trayectoria. Sin embargo, cuando comienza a interpretar, "cuando soy mi personaje, no tengo estos tics ni psicopatías". Igual que le ocurre a Lola Herrera con 'Cinco horas con Mario', a Núria Espert el personaje de Medea le ha ido acompañando toda la vida y se siente inevitablemente ligada a esa figura.