Hoy se cumple el plazo fijado por ley que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) proponga los dos nombres que le corresponde con la finalidad de renovar un tercio del Tribunal Constitucional. El órgano de gobierno de los jueces incumple, por tanto, desde hoy la ley, pues todavía no ha nombrado a dos de las cuatro plazas que expiraron su mandato en junio.
Por el momento, se abre un panorama incierto sobre si cuminarán -y cuándo- unas negociaciones que ni siquiera han empezado entre los bloques conservador y progresista del Consejo. María Luisa Balaguer, magistrada del Tribunal Constitucional, explica en 'Más de uno' que la falta de renovación no limita las funciones del Constitucional y continúan realizando su trabajo.
Entre las cosas que fallan en el Poder Judicial, Balaguer es consciente de que "falta un diálogo entre el Tribunal Constitucional y la sociedad, y el Constitucional y los medios", lo que haría más fácil de entender este tipo de situaciones.
"Lo que procuramos es establecer criterios dogmáticos acerca de la defensa de la Constitución", dice sobre la labor de este órgano, por encima de las "refriegas políticas".
El Constitucional tendría que estar presidido por la serenidad, la reflexión y, sobre todo, por el consenso
En este sentido, la magistrada defiende el trabajo de estos jueces por encima de luchas partidistas; "si nosotros nos contaminamos de esa lucha política, se corre el peligro de que el Tribunal Constitucional se divida también políticamente".
María Luis Balaguer insiste en que el Tribunal Constitucional es un órgano que debiera estar presidido por la "serenidad, la reflexión y, sobre todo, por el consenso". Así, en su opinión, "el Tribunal debería abrirse más a la sociedad".