ENTREVISTA CON CARLOS ALSINA

Les Luthiers, una genialidad peculiar y un sentido del humor único en el mundo

Daniel Samper y Álex Grijelmo presentan en 'Más de uno' la reedición del libro 'Les Luthiers, de la L a la S', el libro oficial del legendario grupo, ampliado y actualizado.

ondacero.es

Madrid |

La devoción de Daniel Samper y Álex Grijelmo por Les Luthiers no tiene comparación en alguna otra persona en el mundo. "Para mí conocer a Les Luthiers fue un deslumbramiento", dice Grijelmo, que empezó de "traficante de cintas" de este grupo en la España de la Transición, cuando los derechos de autor no importaban.

Entre amigos, se copiaban las cintas y se las pasaban con una calidad muy deficiente, "pero veíamos que en esas cintas se descubría un fenómeno que iba a marcar nuestras vidas y nuestro sentido del humor", recuerda el periodista.

En el caso de Daniel Samper su primer contacto con Les Luthiers fue a través de un amigo de Argentina que fue a Colombia, donde él vivía y trabajaba. "Trajo esas cintas y yo dije: ¡no puede ser posible esta cosa tan maravillosa!", cuenta Samper.

El riesgo de dedicarse profesionalmente al humor

La decisión más importante que tuvieron que tomar Les Luthiers fue dedicarse profesionalmente al humor, porque al principio era un entretenimiento que tenían a la vez que estudiaban sus respectivas carreras. Como estudiantes universitarios, descubrieron que eran muy buenos haciendo parodias de conciertos, bromas y juegos de palabras.

"Todos tenían carreras universitarias, podían haber vivido muy bien de cualquier otra cosa, y se arriesgaron a adentrarse en el mundo del humor", un mundo muy inseguro, considera Álex Grijelmo.

Un humor único en el mundo

Con ello, desarrollaron una genialidad peculiar y única en el mundo, pues el humor de Les Luthiers sólo lo sabían hacer bien ellos. Además, destaca su capacidad para reunir en un mismo escenario todas las artes escénicas: la palabra, el gesto, la música, el mimo...

"Todo lo que se puede concebir en un escenario lo reúnen ellos en un solo espectáculo. No hay nadie más que haya hecho eso", dice Grijelmo.

Por otro lado, fueron inventando fuentes de risa. Se basaron en la parodia -como Cervantes- y hacían música en broma. "Al final, hacían unos enredos con el lenguaje maravillosos", apunta Daniel Samper.