Madrid | (Publicado 11.11.2024 10:16 )
Juan Camarasa es conductor de autobús de la EMT. Cuando se produjo la riada en Valencia el pasado martes ya había terminado su turno de trabajo. Sin embargo, él y otros compañeros de trabajo utilizaron los autobuses para rescatar a personas que se habían quedado atrapadas a causa del agua.
"Lo que hice aquel día creo que cualquier otro compañero que hubiese pasado por lo mismo hubiera hecho lo mismo", explica Camarasa durante una entrevista con Carlos Alsina en 'Más de uno'. "Nuestro trabajo es llevar gente de un lado para otro y en este tipo de situaciones con más razón aún".
Cualquier otro compañero hubiera hecho lo mismo
Camarasa cuenta que cuando se produjo la riada "había terminado la jornada". Cuando se dispuso a salir de las cocheras donde almacenan y guardan los autobuses les "comentaron que el túnel que daba acceso a las cocheras estaba inundado" y que, por tanto, tenían "que ir por otro lado".
"En ese momento intenté contactar con mi esposa pero no pude, se cayeron las redes, no podíamos volver a casa porque estaban inundadas con uno o dos metros de agua", relata.
"Nos tuvimos que quedar a pasar la noche en las cocheras unos quince compañeros y yo. A la media hora recibimos una llamada del inspector pidiendo voluntarios para rescatar a gente".
Necesito voluntarios para rescatar a gente
"Necesito voluntarios para rescatar gente que se ha quedado tirada", dijo el inspector. Ante esta petición, Camarasa cuenta que todos los conductores se presentaron voluntarios. "Ya que no podíamos volver a nuestras casas por lo menos podíamos ayudar a gente y nos presentamos todos voluntarios".
Camarasa y sus compañeros de trabajo rescataron a personas desde el barrio Pinedo, en el sur de Valencia, durante unas tres horas. Después, por un comunicado de la Policía Local, se trasladó al barrio de La Torre para seguir ayudando porque se requerían más voluntarios. "Así estuvimos toda la noche".
Estuve toda la noche intentando contactar con mis hijos y con mi mujer
Uno de los momentos más angustiosos para este conductor fue el hecho de estar incomunicado con sus seres queridos. Cuenta que mientras estaba ayudando a otras personas no pudo hablar con su familia para saber si estaban bien.
"Estuve durante toda la noche intentando contactar con mis hijos y con mi mujer. Estuve incomunicado", recuerda.
Como Juan Camarasa otros compañeros de profesión arriesgaron sus vidas para ayudar a quienes lo necesitaban en ese momento. "Fue una situación bastante extraordinaria, uno no está acostumbrado".