ENTREVISTA EN MÁS DE UNO

Ignacio Stampa denuncia que Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz cometieron corrupción para torpedear el caso Villarejo

El primer fiscal del caso Villarejo, Ignacio Stampa, denuncia que fue apartado irregularmente por Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz -actual Fiscal General del Estado- y critica la desviación de poder en la Fiscalía y el funcionamiento casi mafioso de personas muy concretas por su interés.

Lucía Noguerales

Madrid |

'El complot' es un libro para conseguir "paz interior" -la de su autor- y porque Ignacio Stampa, ex fiscal anticorrupción responsable del llamado caso Tándem o caso Villarejo, "no podía seguir sintiéndome encubridor de lo que pasó". Además de defenderse a sí mismo, Stampa pretendía defender a todos sus compañeros fiscales "honestos, profesionales y trabajadores" que tienen vocación de servicio público y de velar por el interés general.

Actualmente, se confunde "el interés general por el que velan los fiscales, con el interés del general que dirige a los fiscales" y, además, "se han cambiado las normas para que todas las ilegalidades que hicieron conmigo se puedan hacer ahora". Con el libro, Stampa pretender poner todo ello de manifiesto "para que esto no le pueda pasar a ningún ciudadano" que esté sometido a una investigación por parte de la Fiscalía.

Ignacio Stampa estaba en la Fiscalía Anticorrupción cuando empieza a investigarse el caso Tándem y junto con Miguel Serrano es uno de los dos fiscales a los que les corresponde liderar esta investigación.

Denuncia que fue apartado irregularmente por Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz

Tras la lectura de 'El complot' se desprende que Dolores Delgado -en aquel momento Fiscal General del Estado y antes ministra de Justicia-, Álvaro García Ortiz -entonces número dos de Dolores Delgado en la secretaría técnica y actual Fiscal General del Estado- en coordinación con el ex juez Baltasar Garzón -que dirige un despacho de abogados y a la vez es la pareja sentimental de Dolores Delgado- maniobran para anular a Stampa como fiscal del caso Villarejo, donde los principales investigados son el comisario Villarejo -que presume ser amigo de Delgado y Garzón- y el comisario García Castaño, al que defiende el despacho de abogados de Garzón.

"Yo llevaba 38 meses investigando a Villarejo sin que nadie supiera de mí y después de que empezasen los ataques, estuve 32 meses sin decir nada", relata Stampa sobre cómo empezó todo, a través de la filtración de unos chats por parte de José Manuel Calvente, enfadado con su partido, Podemos, y con una compañera que le había denunciado por acoso sexual.

Maniobra de intoxicación informativa propia de la factoría Villarejo

A partir de ese momento se inicia "un ataque feroz" de diversos medios de comunicación, según el cual Stampa y Miguel Serrano se dedican a revelar información del procedimiento a Podemos "y el gancho para que eso tenga credibilidad es que yo tengo una relación íntima con la letrada Marta Flor".

Esta "maniobra de intoxicación informativa" es muy propia de "la factoría Villarejo", explica Stampa, quien asegura que el hecho de separar a la pareja de fiscales "benefició a varias personas" y que "el señor Garzón tenía intereses en el procedimiento" porque salía en múltiples audios donde se desprendía la relación personal con Villarejo.

Existían vínculos personales por los cuales Delgado no podía intervenir en el caso Villarejo

"Nos parecía que había unos vínculos personales que debían impedir que Dolores Delgado interviniera en aquel Consejo Fiscal en el que se deciden las plazas, como también intervenir en la investigación que dirige ella de forma oculta desde la Fiscalía General del Estado porque no puede intervenir -todo se hace a través de órdenes verbales de ellas que vuelan y, por tanto, desaparecen-", sostiene el ex fiscal, quien ha querido plasmar en este libro toda la verdad de lo que ocurrió.

Stampa asegura que todavía no entiende por qué fue apartado del caso en la Fiscalía Anticorrupción y denunciado junto al fiscal Miguel Serrano. Esto se hizo desde la Fiscalía General "sugerido por escrito, pero decidido verbalmente para que se ejerza un poder, una autoridad, por la única persona que lo puede ejercer, pero no asuma su responsabilidad porque no aparece", denuncia.

Corrupción y abuso de poder por parte de la Fiscal General del Estado

Según la directiva europea, estos hechos se pueden calificar de corrupción al infringir el Código Penal y los código éticos tanto en el ámbito público como el privado. "Y eso es lo que yo denuncio que ha pasado y sigue pasando en todo lo concerniente a mí", sostiene Stampa, pues la entonces Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, incurrió en un abuso de poder con unos fines ilícitos.

En este sentido, el Tribunal Supremo ha sentenciado que el actual Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, incurrió en desviación de poder porque "hizo lo que quiso" al margen de lo que establecía el ordenamiento jurídico. "Conmigo hicieron eso los dos", insiste en defender Stampa, aunque ya se verá lo que resuelvan los Tribunales.