Fernando de la Calle Prieto, médico de la Unidad de medicina tropical y del viajero del Hospital Carlos III de Madrid, y miembro de la unidad de aislamiento que atendió hace un año a los tres pacientes con ébola en España, habla en Más de uno sobre la nueva vacuna contra el virus que se probará en el hospital madrileño con un ensayo clínico a partir del mes de septiembre.
"Es verdad que ya había equipos médicos a nivel mundial trabajando en ello, pero creo que el hecho de que se haya extendido con tanta magnitud y que los países más desarrollados lo hayamos tenido en primera mano ha acelerado los procesos", comenta. Aunque añade que lo ve como "un gran avance", advierte que "hay que tomarlo con optimismo pero son los primeros pasos y no hay que perder la cautela".
De la crisis sanitaria tras el ébola cuenta de la Calle que se ha aprendido mucho: "En medicina todo es evolucionar y hemos aprendido a trabajar con un gran nivel de aislamiento", algo a lo que destaca que no estaban "acostumbrados". Y señala la importancia de trabajar en equipo en situaciones como estas. "Es necesario que médicos, enfermeras, equipo de limpieza... seamos todos uno".
"Hemos aprendido que la medicina es un reto pero que no hay que acobardarse ante ello, sino hacer lo que esté en nuestras manos", sentencia.
Sobre la imposibilidad de salvar a Miguel Pajares, explica que "fue un conjunto de factores" unido a la agresividad de la enfermedad. La edad del paciente, la fortaleza del organismo y el nivel de evolución del virus son algunas de las cuestiones que definen cómo afecta la enfermedad a cada persona.
Pero insiste en que el trabajo sanitario realizado en España ante la crisis del ébola "estuvo acertado". "Si tan chapuza hubiera sido todo, no habría habido un contagio sino cientos", asegura.