Durante su entrevista con Carlos Alsina en Más de uno, el ex líder socialista considera que para emprender una lucha acordada contra la pandemia y contra la salida socioeconómica "necesitamos que los líderes políticos se pongan de acuerdo cediendo en posiciones", ya que "no es un pacto que se cierra, como en los pactos de la Moncloa, sino que es una actitud de negociación de diálogo permanente de las fuerzas políticas".
Al igual que están haciendo otros sectores, se muestra partidario de que la actividad parlamentaria siga funcionando de manera telemática. Habla también de la importancia de la colaboración, como está haciendo el alcalde de Madrid, José Luis Martínez- Almeida, que "está al pie del cañón" y confiesa que desde el Gobierno central no le han llamado, aunque tampoco lo ha pedido.
Aboga porque haya "una actitud de diálogo y de entendimiento permanente", sin menospreciar a nadie. Y afirma que la actitud de las empresas "es muy positiva y colaboradora", por lo que "no podemos prescindir de ellas". "Quien las menosprecie se está equivocando", recalca.
Mantiene que "los que proponen que se rebajen los impuestos y al mismo tiempo están dispuestos a aumentar el gasto público y el endeudamiento, no tienen razón" y añade que "los que creen que el Estado lo haría mejor que el sector privado, no tienen razón". Aunque comenta la importancia de atender a un Estado que sea muy eficiente, "necesitamos un Estado que no tenga grasa, pero que no se le vean los huesos".
Además, critica que los países en lugar de luchar contra la expansión del coronavirus de una manera conjunta haya sido un "sálvese quien pueda" buscando respuestas locales, "una respuesta local a un problema global no es suficiente", dice. Aunque sí considera explicable el cierre de fronteras y que cada uno trate de buscar los medios para luchar contra la pandemia.
Por ello, aboga porque cese la respuesta local y explica que han mandado una carta a los líderes del G20 "para decir que una pandemia no se puede atender así". Además, considera que los países más pobres o menos desarrollados no tienen capacidad de respuesta para esta enfermedad y teme porque América latina, que no está en el foco primero de atención del Banco Mundial ni del FMI, retroceda 10 o 20 años en su nivel de desarrollo.
Por otro lado, González reprocha que Donald Trump diga que va a congelar los fondos que manda Estados Unidos para la Organización Mundial de la Salud porque "se ha equivocado", cuando él "ha cambiado de posición doscientas mil veces".
En cuanto a la Unión Europea, lamenta que "está fallando su capacidad de respuesta". "La UE debe tener una vigilancia extrema en su conjunto, para no traicionar los principios fundadores y su propósito", comenta y muestra su preocupación por "otro gran virus" que está afectando, los nacionalismos, que "es pero que el euroescepticismo".
Cree también que "emitir una deuda solidaria podría ser un buen instrumento" y, desde luego, "no poner condicionamientos absurdos".
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