Las claves del éxito del colegio de Sevilla que ha reducido en casi un 80% el absentismo escolar: "Todo se resume en empatía y ayuda"
En Más de uno hablamos con Luis Miguel Romero, director del colegio Menéndez Pidal, con la madre de una alumna, Manuela Pérez, y con Ariadna Herrera, alumna de 4º de primaria.
En el colegio Menéndez Pidal de educación infantil y primaria a principios de curso el 80% de los alumnos no iban a clase. Sin embargo, en medio de este complicado curso escolar, se ha logrado que ahora tan sólo falte al colegio un 2% de los 140 niños y niñas. El éxito de esta enorme reducción de la tasa de absentismo reside en la voluntad y esfuerzo de alumnos, familias y profesores.
"Todo se resume en empatía y ayuda, pero también firmeza y exigencia"
Luis Miguel Romero es el director de este colegio, situado en el cuarto barrio más pobre de España, en Torreblanca, Sevilla. A pesar de todas las dificultades y problemas con los que se encontró a su llegada al centro en agosto, "lo veía como oportunidades a resolver y retos para superar". Luis Miguel exigió a la inspección educativa una libertad pedagógica para que los docentes pudieran enseñar como pensaban que podrían estimular y motivar a toda la comunidad educativa con el objetivo de que los niños volvieras a las aulas.
Cada día, Luis Miguel recorre los 125 kilómetros que hay desde Rota, donde vive, hasta el barrio de Torreblanca, pero confiesa que los hace "feliz y muy motivado". Como director sabía que lo principal para lograr un aprendizaje general era tener al profesorado feliz, porque si eso ocurre: "Las familias y los alumnos estarán contentos".
Para llevar a cabo su idea, el director agradece su ayuda y compromiso tanto al equipo directivo como el claustro de profesores que decidieron convertirse en una comunidad de aprendizaje. Así, las familias pueden formar parte del centro durante todo el horario escolar.
"Todo se resume en empatía, comprensión a las familias y ayudas, pero de igual modo firmeza y exigencia", explica Luis Miguel sobre el error de confundir el cariño y el nivel de felicidad de los alumnos y la falta de exigencia. Su idea a medio plazo es "transformar el entorno inmediato del cole en positivo" y, por el momento, han creado un huerto en el patio donde los alumnos cultivan frutas y verduras.
"Los profesores enseñan a los alumnos y ayudan a las familias"
Manuela Pérez Antonio es la madre de Alba, una alumna del colegio Menéndez Pidal, que lleva allí desde los tres años. El cambio en los alumnos "ha sido para mejor porque están mucho más contentos", explica Manuela. En concreto, su hija Alba llegó el otro día feliz a casa porque su profesora de apoyo le había escrito una carta agradeciéndole su asistencia a las clases de apoyo.
El centro escolar siempre ha sido muy atento y perseverante con los niños y ha habido siempre una gran relación de unión entre los profesores y las familias. "Los niños aprenden que los profesores les enseñan en el colegio y también ayudan a las familias fuera de él", explica Manuela emocionada.
"En el cole hay muchas cosas que te reviven la vida"
Para Ariadna Herrera, alumna de 4º de primaria y la mejor amiga de Alba, lo mejor del cole es que es "muy alegre y muy bonito" y, además, "hay muchas cosas que te reviven la vida". Entre las múltiples actividades que realizan en el colegio, Ariadna cuenta que todos los alumnos cuidan del huerto donde tienen plantados tomates, pepinos, lechugas, etc.