A partir de este viernes 1 de abril se aplica la rebaja de 20 céntimos en el precio del combustible, medida con la que el Gobierno quiere contener el impacto del encarecimiento de la energía en los bolsillos de los consumidores.
Sin embargo, las gasolineras denuncian que dicha subvención ha entrado en vigor sin que el Gobierno habilitase el procedimiento para solicitar el adelanto de ese dinero, por lo que son las estaciones de servicio las que tienen que asumir el coste.
Víctor García Nebreda, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (AEVECAR), explica que con este descuento, el margen bruto que reciben las gasolineras es de unos 10 o 12 céntimos, pero descontando todos los gastos, obtendrán alrededor de 1 o 2 céntimos por litro. De este modo, el beneficio que sacan es menor al descuento que se le hace al cliente.
Le estamos haciendo un préstamo al Gobierno sin intreses
"Le estamos haciendo un préstamo al Gobierno sin intreses", denuncia García Nebreda, quien añade que, según el real decreto, el Gobierno puede desestimar las solicitudes de anticipo de dinero de las gasolineras. Además, se queja de que "eso de anticipo es un concepto extraño, cuando el dinero ya lo estamos abonando".
El secretario general de AEVECAR critica el poco tiempo que han tenido antes de la entrada en vigor de estas subvenciones, lo que les ha sumido en el caos y la confusión.
"Sin valorar las medidas, la implantación es caótica", sostiene mientras explica que ha tenido que actualizar sus sistemas informáticos en apenas 30 horas.
Al hilo de esto, García Nebreda asegura que el Gobierno no se ha puesto en contacto con ellos antes de redactar y aprobar el real decreto.
Así, al no recibir ninguna instrucción oficial sobre cómo trabajar, "no sabemos si la factura la tenemos que hacer sobre el precio del monolito o sobre el precio con descuento, no tenemos ni idea".