La comunidad religiosa de Clarisas, ubicada en Burgos y Vizcaya, ha decidido abandonar la Iglesia católica para estar bajo la tutela y jurisdicción del autodenominado obispo Pablo de Rojas Sánchez-Franco y su llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma y cuyo fundador fue excomulgado en 2019.
El abandono se produce después de la "persecución" que, según denuncian, han sufrido por parte de la comunidad eclesiástica tras la decisión de Roma de "bloquear" su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad.
Al conocer la noticia, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, "pensaba que era una noticia fake", cuenta en 'Más de uno'. A continuación, pudo hablar con la vicaria, Sor Paz, quien le confirmó su abandono de la Iglesia católica "por unanimidad". "Telefoneé tres veces al teléfono personal de la abadesa, pero no conseguí hablar con ella", explica Iceta.
Ayer hubo una monja que abandonó el monasterio porque no estaba de acuerdo, por lo que no existía la unanimidad de la que presumía Sor Paz. Por ahora, el arzobispo espera poder ponerse en contacto con ella para conocer de cerca qué ocurre dentro del convento.
"Estoy con la mano tendida porque me gustaría que estas cosas se pudieran hablar libremente y contrastar los pareceres de las monjas y por nuestra parte", sostiene Iceta, mientras asegura que "han sido 48 horas de absoluto estupor y perplejidad".
Un monasterio de la Iglesia católica está sujeto al derecho canónico, por lo que "si alguien dice 'yo rompo todo y me marcho', pues se ha marchado", explica. Con todo, la abadesa Sor Isabel cumplía su último mandato el día 29 de abril y ya tuvo una prórroga del mandato con permiso de la Santa Sede.
"Hace tres semanas comencé, junto con el obispo de Vitoria y de Bilbao, una investigación para dilucidar si era verdad lo que se venía rumoreando", explica Iceta, quien denuncia que "las cosas se han precipitado de un modo drástico antes de ayer", pero espera encontrar "una vía razonable de salida a este asunto".