En la ciudad de Salvador de Bahía, Mila Mendonça y Rodrigo Gómez esperaban su segundo hijo y supieron que algo iba mal sólo 3 meses antes de que Gabriel naciera. El día que los médicos les dieron el diagnóstico no sabían a lo que se enfrentaban.
"Tenía el virus pero como cualquier otra persona, no le di importancia, porque es parecido a una gripe, tuve sarpullidos y picores sólo un día o dos. Se lo comenté a mi ginecólogo y ni siquiera lo apuntó. A nadie le preocupada Zika". asegura Mila Mendonça, en declaraciones a la BBC.
Nada más nacer Gabriel, confirmaron la microcefalia además de otro síndrome que afecta a sus articulaciones y músculos y calcificaciones en algunas partes de su cerebro. Tiene una rutina fija cada día que pasa por el ejercicio además de ver a muchos doctores, lo que le cansa y le estresa. Pero salvo eso, dicen sus padres que es tranquilo y que duerme bien. Son conscientes de la suerte que tienen de poder afrontar económicamente todos los cuidados que requiere su hijo y agradecen todas las muestras de cariño que reciben en su entorno. Su empeño es que crezca feliz
“Nuestro objetivo es hacer feliz a Gabriel. Quiero verle sonreir”, explica su padre mientras Mila asegura que hace todo lo posible para que esté al 100% y haga las mismas cosas que cualquier niño de su edad. “Si tarda un poco más no pasa nada, pero lo conseguirá. Ir al colegio, hacer todo bien y ser feliz".