En el verano de 2021 comenzó a subir el precio del gas y la electricidad, en febrero de 2022 la invasión de Ucrania provocó la peor crisis energética desde 1980, ese verano y el siguiente la sequía disparó el precio de los alimentos, sobre todo del aceite. Además, ese año la tasa de paro subió con fuerza y superó el 20%.
La inflación ha subido mucho desde entonces.
El BCE se vio forzado a subir los tipos de interés y los salarios han ido por detrás y, como consecuencia, los españoles hemos perdido poder adquisitivo y vivimos peor que hace tres años.
Ahora la inflación está al 1,5% y los salarios crecen un 5% de media según los datos de retenciones en el impuesto sobre la renta. Los tipos de interés ya han bajado y bajarán más y hemos conseguido todo esto creando empleo y bajando la tasa de paro.
Se trata del mayor descenso en la tasa de inflación registrado durante el último año, una reducción que se debe, principalmente, a la bajada de los precios de los carburantes, de los alimentos y la electricidad, frente a la subida que experimentaron en septiembre de 2023.