Cuéntame cómo pasó: La bonita historia de Evans y su profesor particular César de Miguel
Silvia Casasola entrevista a César de Miguel, el profesor de informática jubilado que imparte clases a Evans, un mendigo nigeriano afincado en las calles de Bilbao que aspira a aprobar la ESO para acceder a un ciclo de FP.
El pasado mes de octubre César de Miguel, un profesor de informática jubilado, saltó a la fama por un gesto altruista que desde hace tiempo viene desarrollando con el único propósito de ayudar.
Los caprichos del destino
Todo comenzó con los rutinarios paseos de un hombre jubilado que, poco a poco, va conociendo el contexto en el que se desenvuelve. Así se topó con Evans, un migrante nigeriano que vive en las calles de Bilbao y sueña con encontrar un trabajo pronto.
César se interesó por la historia del nigeriano de 34 años y descubrió a un hombre que tenía la ilusión y el propósito de encontrar trabajo, pero para ello debía obtener el título de la Educación Secundaria Obligatoria. Aferrándose a las herramientas de las que un solo hombre dispone, el profesor jubilado volvió al ejercicio de su profesión, aunque en esta ocasión, para enseñar en la propia calle las materias fundamentales para obtener este título que, con suerte, le brindarán a Evans la oportunidad y el derecho que todo ser humano merece: el derecho al trabajo y a la vivienda.
La solidaridad de César
Para intentar que esta situación cambie, profesor y alumno no fallan a su cita diaria. Cada día, en torno a la una y media del mediodía, César se acerca al lugar donde Evans pide limosna para darle clases particulares sobre un taburete que él mismo transporta. César le enseña matemáticas y otras asignaturas para que consiga sacarse la E.S.O. para después encontrar un empleo y, ahora, profesor y alumno progresan adecuadamente aunque, según reconoce el profesor, "las matemáticas le están costando un poquito a Evans".
En cualquier caso, el profesor insiste en que "no basta con saber hacer problemas matemáticos, sino que tiene que saber comunicarse con los compañeros" y lo cierto es que el nigeriano no se da por vencido porque tiene muy claro su objetivo.
En el barrio todos se han hecho eco de este emotivo gesto y aplauden la ayuda del profesor, pero también la constancia de Evans que no pierde ni un minuto porque el examen es en mayo y está en juego salir de la calle. Sin duda una injusticia que César trata de revertir ante el aparente inmovilismo institucional.