Aunque casi todos los casos de vampiros y bebedores de sangre tienen explicación y marco médico, lo cierto es que se trata de personajes reales. El hecho de beber sangre –incluso de necesitarla biológicamente- se da desde el comienzo de los tiempos, pero con la aparición de las primeras leyendas, el mito cogió forma a partir de la novela Drácula, de Bran Stoker.
Manuel Carballal ha investigado numerosos casos de personas que se creen vampiros. Algunos son peligrosos, otros casi divertidos. Sobre ellos habla en su libro 'Asesinos del más allá', un diario de sus investigaciones que pone ahora en conocimiento del lector.
Carballal ha descubierto que muchos asesinos en serie se creen vampiros u hombres lobos, dos tipos de ser legendarios que se ha convertido en la excusa perfecta para que estos personajes excuses sus crímenes.