El pacto entre PSOE y Sumar ha puesto encima de la mesa el debate sobre la semana laboral. La propuesta pasaría por una rebaja de la jornada máxima de 40 a 37,5 horas en dos años, siendo que la jornada efectiva está ya en 37,8 horas.
El problema es que esta propuesta tapa los retos reales que se plantean sobre el mercado laboral, ya que España tiene una tasa de paro estructural muy elevada. Incluso en los mejores momentos, dicha tasa no ha bajado del 8%, y el paro se ceba especialmente con los menores de 25 y los mayores de 55 años.
A este dato del paro, habría que añadir el contexto salarial, ya que los sueldos son modestos. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que el salario medio más frecuente no llega a 19.000 euros al año.
Además, estas urgencias conviven con puestos vacantes que no se cubren y una llamativa falta de movilidad entre regiones. Hay comunidades como Andalucía con una tasa de paro del 19%, mientra que otras como Baleares se sitúan por debajo del 6%.
En este contexto, indica Medel, "se abre el frente de la jornada máxima sin haber resuelto el de las horas extra". Cada semana se realizan en España casi 6 millones de horas extraordinarias y la mitad no se pagan. "Claramente, el debate está mal planteado", concluye.