El monólogo de las ocho: "Las togas decidieron y el mundo sigue andando"
El monólogo de Rafa Latorre, en La Brújula con la actualidad política.
Las togas decidieron y el mundo sigue andando. Esto suena a tango, pero lo cierto es que casi 24 horas después de que el Constitucional decidiera paralizar la votación de las reformas de Sánchez ninguna de las maldiciones que se cernían sobre España se ha consumado.
Es más, la Unión Europea ha visto como perfectamente normal que el órgano de garantías vele por que se respete los derechos de los grupos parlamentarios, como es su labor.
Christian Wiegand es el portavoz de Justicia de la Comisión europea y hoy le han preguntado por el caso español. Cualquiera esperaría, escuchada la retórica inflamada del Gobierno durante estos días, que iba a reclutar unas Brigadas Internacionales para salvar la democracia española, pero no… Ve perfectamente normal que el Constitucional intervenga si considera que los derechos de un grupo parlamentario ha sido vulnerado. Lo que considera anómalo es que el legislativo se ponga a reformar cuestiones sensibles mediante procedimientos irregulares, que prescinden del dictamen de los expertos y acortan los plazos hasta la temeridad.
Nada significativo ha ocurrido, lo que no significa que no haya pasado nada. Ya me perdonarán el retruécano. Porque lo cierto es que si hay alguien que puede sentirse plenamente satisfecho es Oriol Junqueras. Lo apuntaba esta tarde muy brillantemente, como acostumbra, John Müller: «La sedición y la malversación se pueden seguir tramitando en el Senado. Junqueras aplaudiendo porque ha matado dos pájaros de un tiro: sacar adelante la reforma que le interesa y deslegitimar las instituciones españolas». Y es verdad, porque lo más pernicioso de este episodio es que hay un Gobierno que lleva días abrazado a la lógica procesista de que hay una voluntad popular que sobrevuela por encima de leyes y reglamento y que no hay juez que pueda intervenir cuando una mayoría se pone en marcha.
Había una posibilidad ciertamente sarcástica y es que después de todo este lío, el pleno del CGPJ eligiera a sus dos magistrados para el Constitucional y desbloquee por tanto la renovación del órgano sin necesidad de reforma alguna. ¿Qué tendría que pasar para ello? No pretendo aburrirles con sutilezas puñeteras, nunca mejor dicho. Pero los oficialistas pretendían imponer a José Manuel Bandrés y los conservadores no lo han aceptado por considerarlo demasiado radical, entre otras cosas, porque defendió la inmersión lingüística y un Poder Judicial para Cataluña. Si los oficialistas o los progresistas se hubieran avenido a nombrar en su lugar a Pablo Lucas, también progresista pero más moderado u ortodoxo, entonces hubiera habido acuerdo.
Pero no. No hay renovación del TC.
¿Y ahora qué?
Pues el Gobierno ya ha asumido que no queda otra que tramitar sus reformas por la vía regular, esto es respetando los derechos de los grupos parlamentarios, con los plazos debidos y los informes pertinentes. Así que se va a registrar esta semana en el Congreso una proposición de ley con las enmiendas que ha paralizado el TC. Entendemos que lo hará el PSOE, se unirá probablemente Podemos, y se recabarán los apoyos de aquellos críticos con el TC y se demostrará que se pueden tramitar leyes en la sede de la soberanía nacional siempre que se haga en base a los procedimientos reglados. Es muy interesante escuchar hoy el tono de Gabriel Rufìán, socio prioritario del Gobierno. Quizás es que se ha dado cuenta de que la mecha que pretendían prender está mojada.
Antes que él y después de 14 horas desde que se conociera la decisión del Constitucional, Pedro Sánchez ha pronunciado una declaración institucional breve y sin preguntas, en la que ha garantizado el acatamiento de la decisión del Constitucional y ha dejado un par de frases en suspenso, como haciendo una exhibición de fuerza cuando en realidad lo que indica es que no tiene demasiados argumentos jurídicos o incluso políticos que ofrecer.
Hoy Alberto Núñez Feijóo ha comparecido a mediodía para comunicar cuál es la postura del Partido Popular. Evidentemente, el PP está satisfecho con la decisión, no en vano fue el PP quien presentó un recurso de amparo para que se frenara la votación de las dos enmiendas de la discordia. Hoy Feijóo ha pedido que se rebaje el tono, que se templen los ánimos y ha hecho una serie de demandas al presidente de Gobierno por si acaso no se reunieran próximamente.
Se ha impuesto la institucionalidad y vuelve la ‘cierta’ normalidad a la política española.
Mucho más revelador que todo lo que hayan dicho los responsables políticos es la entrevista que hoy le ha hecho Carlos Alsina en Más de Uno a María Luisa Balaguer, magistrada del Constitucional que anoche votó en contra del recurso del PP. Perdió por tanto, pero no se le ocurre ubicar a quienes votaron a favor y ganaron en un complot reaccionario.
Esto son argumentos, al contrario de las soflamas mostrencas y perfectamente estériles a las que hemos asistido estos días por parte de responsables políticos y propagandistas de la oficialidad. Habrá que repetir una y mil veces que el problema del apocalipsis es que sobrevivir a él. Ah y que las triquiñuelas del calendario se pueden volver contra uno porque ahora el calendario se ha vuelto en su contra y llegarán las navidades y el enero nuclear en el Congreso. Ya saben que Enero es un mes inhábil para sus señorías.
Ahora bien, nadie le podrá negar a Sánchez que va a conseguir que se derogue el delito de sedición y se rebaje la malversación, ni más ni menos, mientras se habla de otra cos