El monólogo de las ocho: "Ante el mayor desafío para el mundo libre, una parte del Gobierno mantiene un discurso antiatlantista"
Rafa Latorre reflexiona en 'La Brújula' sobre la posición de Podemos en la Guerra de Ucrania.
Madrid | 15.09.2022 20:44
Al comienzo de la invasión de Ucrania aún escandalizaban las putinadas de Podemos. Estos raptos de falsa equidistancia con los que se situaban a mitad de camino entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.
Hoy se ha reparado poco en que Podemos se ha abstenido en la votación crucial de la ampliación de la OTAN, que acogería como nuevos miembros a Suecia y Finlandia. Qué pronto nos hemos acostumbrado a que ante el mayor desafío para el mundo libre desde la guerra fría, una parte del Gobierno de España mantenga un discurso abiertamente antiatlantista.
Es curioso porque a quien ataca por desleal Pedro Sánchez es al PP de Feijóo, que es quien luego tiene que acompañarle en las votaciones de los asuntos de Estado. Porque ahí a Bildu no se le espera, pero es que tampoco a Podemos, que aún anda tratando de colocar la mercancía averiada de la diplomacia de precisión.
Qué pronto nos hemos acostumbrado a que ante el mayor desafío para el mundo libre desde la guerra fría, una parte del Gobierno de España mantenga un discurso abiertamente antiatlantista
En realidad bajo toda esta hojarasca retórica de la diplomacia se encuentra la exigencia a Zelenski de una rendición indigna. Esto es lo que desde el principio ha defendido Podemos como solución a la invasión. Y, hombre, no hay duda de que eso pondría fin a la guerra. La derrota suele ser una forma eficaz de alcanzar la paz.
El Alto Representante de la UE Josep Borrell no se anda con demasiados rodeos. La verdad es que ha hablado claro desde el principio y anda que no le llovieron palos por decir en su día algo tan cierto como que habría que asumir algunas penurias para apoyar a Ucrania en su lucha contra el ocupante ruso.
El nuevo eje del mal
Muy lejos de aquí, en una ciudad de resonancias históricas y literarias, se reunía el nuevo eje del mal que conforman Vladimir Putin y Xi Jing Ping. Con una escenografía siniestra, en una inmensa mesa ovalada, los presidentes ruso y chino han hablado de arreglar un mundo en caos. Ambos se han presentado como un tándem clave en política exterior para la estabilidad global y regional. Esto ya suena suficientemente amenazante.
Un Putin con serias dificultades en el frente militar y también en el frente político ha buscado algo de oxígeno en China. Y a medio camino entre Samarcanda y Finlandia, ya ven: una parte del Gobierno, que hoy se ha abstenido en la votación crucial para la ampliación de la OTAN. Tendrán aún muchas más oportunidades para mostrar esa falsa equidistancia.
¿Cómo va a combatir Europa la crisis energética?
El otro gran debate en el que está inmersa Europa está muy relacionado. Cómo va a combatir la crisis energética provocada por la guerra. Von der Leyen presentaba ayer una serie de intervenciones para gravar los beneficios de las energéticas. Este es un asunto en el que los dos principales partidos españoles están bastante despistados.
El PP no está encontrando su discurso en lo que se refiere a política energética, o al menos no sabe cómo transmitirlo, porque da la impresión de que va reaccionando a los acontecimientos según se producen. Ahora tampoco es verdad lo que ayer defendía el Gobierno, de que Europa está copiando sus política pioneras y el PP se opone en España a medidas que luego apoya en Bruselas.
Prueba de que no es lo mismo el gravamen que España y Bruselas proponen es que la ministra de Hacienda reconoce que va a haber que cambiar la legislación para adaptarse a la política comunitaria.
Demoscopia militante
La tentación en días como hoy, en que la demoscopia militante de Tezanos se exhibe sin rubor, es hacer unas gracietas con el CIS. Al fin y al cabo es algo que ya se comenta como entretenimiento. Oigan, que hoy le vaticina a Sánchez un fulgurante recuperación que le permitiría volver a situarse en cabeza en intención de voto. Creo que es el momento de aprovechar el impulso y comenzar los trámites para el indulto del compañero Griñán, que ya ven que hay margen suficiente para compensar el desgaste.
En esto también difieren los socios del Gobierno, por cierto. Y la contribución más creativa es la de Gabriel Rufián, portavoz de ERC. Hombre, llevamos algunos días ya ofreciendo algunos argumentos para oponerse a la medida de gracia. Ahora, que si hay alguien en este cochino mundo que no puede oponerse al indulto de un malversador, es quien pertenece al partido de Oriol Junqueras.
Una cosa más. Les va a costar creérselo pero Alberto Casero lo ha vuelto a hacer. El singular diputado del PP que en su día salvó la reforma laboral de Sánchez se ha vuelto a equivocar y ha votado a favor de investigar al Mariano Rajoy por la policía política del caso Kitchen. Casero votó a favor de una comisión de investigación solicitada por Bildu, Esquerra y Más País. Casero está a un voto de que lo consideren socio de legislatura.