El monólogo de las ocho: "La audacia del Gobierno para reconocer el Estado Palestino con Venezuela es al revés"
El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre el encuentro de Edmundo González con Pedro Sánchez.
Madrid | 12.09.2024 20:47
Un ser humano no vuelve a ser el mismo después de ver su planeta desde el espacio. Esto está perfectamente documentado y estudiado. La visión de la Tierra desde fuera, la visión del globo, tiene consecuencias psicológicas perdurables, se producen cambios cognitivos.
De esto es responsable algo que se ha llamado el efecto perspectiva. Desde el espacio se desdibujan las fronteras, los problemas terrenales, o más bien terráqueos, se hacen minúsculos; no se perciben los conflictos y la Tierra parece algo frágil, apenas un bello globo azul protegido por una atmósfera.
El concepto y el término en inglés, *Overview Effect*, fue acuñado en 1987 por el escritor Frank White. Pero no es literatura. Estos cambios de conciencia han sido reportados por astronautas como Edgar Mitchell, Chris Hadfield o Mike Massimino.
Y si atendemos a lo dicho por el turista orbital Jared Isaacman, la muestra se ha ampliado hoy. Este multimillonario se ha convertido en el primer astronauta en salir de una nave al espacio exterior sin estar acreditado por ninguna agencia espacial gubernamental. En rigor, es el primer turista que se da un paseo espacial. Ha viajado con la compañía de Elon Musk, SpaceX. Este es un gran paso para la iniciativa privada, que ya ha conquistado el espacio. Escuchamos cuando se abre la escotilla de la nave *Resilience*, una nave Crew Dragon que despegó de Cabo Cañaveral. Tras Jared Isaacman, también se dio un paseo su sherpa espacial, la astronauta empleada en la empresa de Elon Musk.
Un hito. Decíamos a las siete que si un rastro quedará en la historia de este día, lo habrá dejado esta nave. ¿Qué te parece, Alberto Aparici?
La Tierra dista de ser perfecta si atendemos a lo que ocurre en su troposfera, que es de lo que nos ocupamos a partir de ahora. Por de pronto, la pueblan tiranos como Nicolás Maduro, que sigue sojuzgando a su pueblo y que ahora propone una Internacional Antifascista.
Basta conocer un poco de historia reciente o tener algo de memoria para saber lo que disfraza esa denominación tan cínica. Ustedes ya saben cuál era el nombre original del Muro de Berlín: Muro de Protección Antifascista. Es la misma cantinela.
Venezuela todavía no ha roto sus relaciones con España y da la sensación de que no lo va a hacer, al menos hasta que el Gobierno reconozca como presidente electo a Edmundo González. Y parece que tampoco lo va a hacer.
Las bravuconadas de uno de los Rodríguez, el hermano de Delcy, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea, son parte de una estrategia especular. La diplomacia del espejo. Si el Congreso español pide el reconocimiento de Edmundo, la Asamblea chavista pide la ruptura de relaciones, y si el Gobierno español atendiera la petición del Congreso, la dictadura chavista atendería la petición de la Asamblea. En cualquier caso, veremos. Pero el Gobierno de Sánchez ha decidido mantener un perfil bajísimo en lo que se refiere a Venezuela. Toda la audacia la ha reservado para el reconocimiento del Estado Palestino, donde sí quiso ser vanguardia y emprendió una gira para convencer a los socios europeos. Ahora es al revés: España espera que sea la Unión Europea la que le arrastre a una posición diplomática.
España es la tierra de acogida de los exiliados venezolanos, y Madrid, en concreto, se ha convertido en la "gusanera" de Maduro. Tiene la misma ubicación mental que para el castrismo tenía Miami: el lugar donde los exiliados, que ellos llaman gusanos, se reúnen para emprender una vida en libertad. Pero eso no significa que el Gobierno vaya a liderar la reacción internacional al robo de las elecciones y a la deriva nicaragüense de Venezuela.
Por todo eso, la visita de hoy a la Moncloa de Edmundo González ha sido más de cortesía que política. Ni siquiera ha pronunciado unas palabras al respecto Pedro Sánchez, ni lo ha hecho el jefe de la diplomacia, José Manuel Albares. Hay que descender hasta la portavoz Pilar Alegría para oír unas declaraciones al respecto, pero más que responder a Maduro, ha atacado a Feijóo.
Pedro Sánchez reservaba hoy todas sus energías retóricas para la bicicleta. Ha anunciado una inversión de 40 millones de euros para promover el uso de la bicicleta. Habrá subvenciones para la compra de bicicletas y se promoverá la extensión por las ciudades de modelos como los que ya funcionan en Madrid o en Barcelona.
Pero ya no hay un solo asunto que no se convierta en una trinchera. Ya no hay política que no sirva para enfrentar o para etiquetar políticamente a los españoles. Esta ya es una política pública. Según lo que ves, cómo te mueves, lo que te gusta… todo sirve para el etiquetado político, o más bien, para la estabulación, como al ganado.
Luego, no hay campaña pública que no sirva para estigmatizar a alguien. La que hoy han presentado Pedro Sánchez y Óscar Puente también va de esto. Por eso no se priva de poner al típico hortera en su coche deportivo. Ni una campaña pública sin esa elevación moral de la izquierda que exige caricaturizar a alguien.
Lo más curioso es que cuando uno bucea en la historia de las políticas públicas para la promoción del uso de bicicletas, al menos en Madrid, se encuentra con Ana Botella. Pero ya ven.
En fin, ha ocurrido algo más relevante o está por ocurrir algo más importante en lo que se refiere a la circulación por carretera. Interior quiere rebajar a 0,2 gramos por litro la tasa máxima de alcohol en sangre para todos los conductores. Esto es… una cerveza. El tope general actual es de 0,5 gramos. La medida se incluiría en una reforma del reglamento de circulación. El ministro Grande-Marlaska ha avanzado este jueves en un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum.