Monólogo de las ocho: "El apoyo de Vox tiene un precio y es más elevado cuanta mayor es la fragilidad de quien lo suscribe"
Rafa Latorre reflexiona en su monólogo sobre el acuerdo del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, con Vox anunciado este lunes y la posición actual del Gobierno de Pedro Sánchez
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Están siendo una fallas remojadas, con un tiempo inclemente, hoy se ha celebrado en la Comunidad Valenciana el primer día de la Ofrenda y andaban los valencianos mirando al cielo pendientes del tiempo.
Quizás Carlos Mazón estaba en su momento de mayor debilidad y eso siempre condiciona los pactos, porque hay decisiones que se toman dictadas por la necesidad y no por el convencimiento. En cualquier caso, Mazón nunca fue un negociador duro con Vox, desde el principio de su mandato, en que se entregó a un pacto que le concedía a los de Abascal una representación desproporcionada en su Gobierno.
Hoy, en su momento más vulnerable, ha vuelto a agarrarse a Vox para sostener en el Palau de la Generalitat. Ha convocado a los medios a primera hora para anunciar un acuerdo para aprobar los Presupuestos de la Reconstrucción.
Pero no serán únicamente las cuentas de la reconstrucción porque el apoyo de Vox tiene un precio y este es más elevado cuanta mayor es la fragilidad de quien lo suscribe. Carlos Mazón ha asumido buena parte del programa de Vox en materia sensibles y lo ha hecho, de forma explícita, en un discurso en el que ha hablado de inmigración. Y también ha criticado el Pacto Verde europeo, al que ha culpado no sólo de la falta de inversiones hídricas, sino de lesionar gravemente al sector agroalimentario de la comunidad.
Apoyo en Génova
Génova se ha apresurado a mostrar su conformidad con el pacto. No vaya a parecer que le ha ocurrido como con el anterior pacto entre Mazón y Vox, en las vísperas del 23J, cuando la campaña nacional del PP no quería precipitar los pactos con la formación de Abascal y la incomodidad se notó, vaya si se notó.
Génova dice que no hay nada en el acuerdo valenciano que entre en contradicción con la política nacional del partido… y es más… anima a que Aragón o Murcia alcance pactos semejantes para sacar adelante sus Presupuestos. Hoy ha sido el portavoz Borja Sémper el encargado de aplaudir los acuerdos de Mazón.
Justo hoy la jueza de Catarroja que investiga la gestión de la DANA ha comunicado la fecha de la declaración como investigada de la exconsellera de emergencias e Interior, Salomé Pradas. Será el 11 de abril, a las puertas de Semana Santa. A esa fecha llegará Mazón apuntalado por Vox en la presidencia de la Generalitat, a pesar de que dentro del partido estaban perdiendo la paciencia con él. Lo que ocurre es que no es tarea fácil mantener otra postura… para el partido nacional.
Esto no sólo aleja la posibilidad de que prospere en la Comunidad Valenciana una moción de censura, sino que le aporta algo de energía política al liderazgo exhausto de Carlos Mazón. Aunque quien de verdad puede capitalizar el pacto es Vox, que se encuentra cuestionado por su posición genuflexa ante Viktor Orbán, por los aranceles de Trump y su cinismo cómplice en la invasión de Ucrania por parte de Putin. En el resto de España cae, pero en la Comunidad Valenciana crece y hoy puede presumir de condicionar desde fuera aún más de lo que lo hacía desde dentro.
La oposición se ha levantado contra el pacto y denuncia que Mazón se ha echado en manos de Vox asumiendo sus políticas por pura necesidad. Lo decía Diana Morant, que es una de esas ministras que combina su cartera con la secretaría regional del partido
Como les decía, el PP anima a que Aragón o Murcia alcance pactos semejantes para sacar adelante sus Presupuestos, y así poder exhibir la estabilidad de los gobiernos regionales del PP a la huida permanente del gobierno central, que no quiere someter al Parlamento… No ya sus cuentas públicas, como ordena la Constitución… sino el desafío esencial de este tiempo, que es un incremento súbito y notable del gasto militar.
Miren, hoy ocurre casi al contrario que al comienzo del mandato de Sánchez. Que es el PP el que tiene que hacerse cargo de las contradicciones de sus pactos y es el PSOE el que tiene una alianza imposible. Porque está en huida perpetua para evitar como sea al Parlamento. Ha llegado el momento anunciado en que Sánchez gobernaría de espaldas al poder legislativo. Desde luego, el desafío fundamental, el verdadero reto como país, un viraje esencial de la política de defensa, no va a ser sometido al criterio de las cámaras. Lo cual es una actitud absolutamente cesarista. Pero es que ya el cesarismo se exhibe sin complejos.
Pedro Sánchez y la prensa
Sánchez siempre ha tenido una relación tortuosa con la relación de prensa. Ya en la oposición fue a visitar a los accionistas de entonces de Prisa para doblegar la línea editorial de El País. Qué no hará desde el Gobierno… pues lo que estamos conociendo.
La guerra con Joseph Oughourlian, actual accionista mayoritaria, pagano de todo, se produce a campo abierto y ante el estupor de la prensa internacional. Ha sido Le Point, quien ha destapado las presiones del ministro de Transformación Digital, Óscar López, a Vivendi. Una cosa mafiosa… o sea, que se va acompañado del presidente de Telefónica para amenazarle con romper el acuerdo con la agencia de medios que comercializa la publicidad de Telefónica y que es propiedad de Vivendi. O vendes, o pierdes 80 millones. Este no es el capitalismo de amiguetes, es directamente el capitalismo napolitano. Y todo porque los accionistas de Prisa consideran que la tele que les quiere obligar a hacer el gobierno y a la que se refieren como TelePedro es un negocio ruinoso.
Hoy ya saben que Oughourlian ha anunciado que va a presentar batalla por PRISA en una tribuna en El País para inaugurar su presidencia del periódico con un sarcasmo letal: "Sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento".
Al final todo forma parte de lo mismo. La ocupación física del poder. No hay programa ni hay mayoría, no pueden presentar una cuentas al Parlamento, pero sí tienen una voluntad firme de colonizarlo todo. ¡El achique de espacios!