Pues bien, el Instituto Nacional de Estadística nos ha ofrecido el nivel del termómetro económico. En pleno verano, cuando más potente está la economía española, el turismo presenta su principal rostro, las sombrillas se expanden como si fueran colonias de moluscos a la orilla del mar; pues bien, en una de las mejores épocas para crecer, la economía española se constipa.
El termómetro del INE marca un avance del 0,4%. Esta es la misma temperatura que en el trimestre anterior. Para algunos significa resistir. Para otros, hemos perdido la oportunidad de remontar en el verano. En este país el paro y el empleo es el canario en la mina. El que avisa del grisú, de los gases nocivos, de los riesgos de derrumbe. La economía sigue creciendo pero el empleo comienza a marcar encefalograma casi plano. En el verano, en plena campaña turística, solo avanzó un 0 con 1%. Escuálida cifra. Ya no creamos medio millón de empleos. Estamos en el rango de los 300.000.
El lunes tendrá lugar el debate televisivo de los líderes políticos. Qué casualidad, justo horas antes de que se sepa qué pasó con el paro y la afiliación en el mes de octubre. Tendremos tiempo para hablar de los riesgos de las empresas y además, hoy nos fijaremos en las megafusiones. Dos dinastías del automóvil se unen: los Peugeot, que empezaron con un molino de grano cuando gobernaba Napoleón I y después se pasaron a fabricar bicicletas y más tarde a los coches, y los Agnelli, una saga que nació en el Piamonte en el penúltimo año del siglo XIX cuando Italia apenas acaba de estrenar su unificación.