El dinero que viene 24: Todo lo que sabemos de criptomonedas.
Volvemos un poco la vista hacia las primeras baldosas de la sección y contamos cómo el dinero ha ido transformándose
Decimos siempre que el dinero no es ajeno a la transformación digital, y en realidad, a lo que no es ajeno es a su entorno social y tecnológico. El ser humano ha vivido en grupo desde sus orígenes, y pronto necesitó intercambiar bienes con sus iguales. El trueque fue útil en las primeras sociedades, pero se quedó corto cuando empezaron los asentamientos y, con ellos, la agricultura y la ganadería. Distintas civilizaciones, en distintos momentos y lugares del mundo, inventaron el dinero. Todas necesitaban un instrumento que sirviese como medio de pago…
Algo que toda esa sociedad acepte para hacer intercambios. Como depósito de valor… Algo que pueda guardar hoy, y mañana valga lo mismo o más. Y como unidad de medida… Algo que nos dé una idea del valor de los bienes y permita poder comparar unos con otros. Y esas civilizaciones, llegan de una u otra manera al dinero, dinero avalado por la confianza en cada sistema… al principio el dinero eran bienes valiosos en sí mismos, como el oro, y no se necesitaba más que comprobar su autenticidad.
Pero poco a poco, por escasez del metal o por lo poco práctico de trasladar grandes cantidades de dinero, se fue sustituyendo el oro por una representación de éste en papel. Aquí sí se necesita confianza en el sistema, porque tengo que “creerme” que un papel en el que pone “20”, vale los mismos 20 que si fuesen de oro. También que la tecnología apoyó este cambio, con la invención del propio papel o de los medios de impresión.
La creación de dinero en manos de instituciones permite proteger otras variables macroeconómicas con la inyección o drenaje de dinero en la economía. Pero recuerda que, nuevamente apoyado por la innovación tecnológica, la mayor parte del dinero ya no se imprime, sino que es electrónico, y así los europeos utilizamos distintos medios de pago según nuestras preferencias, y no sólo el efectivo contante y sonante. Sabemos también que el dinero de cada país tiene un precio en otros países, y que hasta el dinero para jugar lo tiene.
El bitcóin y su objetivo: que el dinero volviese a estar en manos de las personas y no de las instituciones.
Idea un sistema de minado y creación monetaria, que de nuevo se apoya en el desarrollo tecnológico de blockchain y la criptografía digital. Parece complicado, pero para nosotros no tiene secreto, porque con las mismas creamos la anacoin. Y yo me quedé sin pluma y con una nueva pesadilla: olvidar la contraseña de mi cartera virtual. Pesadillas las de algunos inversores, que confiaban en que bitcóin fuese un buen depósito de valor… Su alta volatilidad hace que sea difícil considerarla incluso unidad de medida, aunque ha ido ganando terreno como medio de pago, especialmente en algunas actividades.
¿Invertir en criptomonedas?
En mi afán de ser una buena economista de investigación, te confesaré que compré algunas, para comprobar de primera mano cómo funcionaba este mercado. Las compré al inicio de nuestra serie, y ya sabes todo lo que ha ocurrido en estas pocas semanas… Elon Musk ha dejado de aceptarlas como pago por sus teslas, China las ha prohibido, El Salvador las ha adoptado… Vamos, que has perdido parte de tus euros. Hasta que no las venda, no… No me preocupa porque es poco dinero y no lo necesito, pero no creo que sea una buena estrategia invertir una parte importante de tus ahorros en criptomonedas; para eso existen otros activos más interesantes, en el sentido más literal de la palabra.
Tampoco creo que un inversor que busque la responsabilidad social o ecológica esté muy cómodo con las criptomonedas, que tienen un alto coste ecológico para preservar la independencia del sistema, y cuyo minado se realiza en gran parte en la clandestinidad.
Pero sí que creo que la idea de Satoshi Nakamoto tiene valor en sí misma, y que hay un colectivo que invierte en criptomonedas por la idea que subyace detrás, la de disponer de efectivo digital y anónimo.
Ha permitido además otras innovaciones como los contratos inteligentes de Ethereum, los tokens o el propio dinero digital de banco central. Los bancos centrales han visto cómo esta nueva forma de dinero no sólo cambia las reglas del juego, sino que también responde a la necesidad de una sociedad que vive cada vez más en la red. Y quieren responder a esa necesidad; en pocos años, todas las divisas tendrán también su moneda digital.
Y China ya a la cabeza de invento aunque lo rechace... Pero claro, algo que escapa tanto a su control y que además se nutre de su energía, es un tanto incómodo…
¿Y ahora qué va a pasar?
Pues lo que siempre ha pasado… que llegados a este punto del camino, con todas las baldosas que hemos puesto desde que el rey Giges se cansó de guardar ovejas en su cámara del tesoro hasta hoy, nos toca construir el camino que seguiremos y el dinero que utilizaremos en ese viaje.