Ciencia en La Brújula: ¿Por qué las bacterias suelen ser muy pequeñas?

Hace dos semanas nos contaba Aparici el descubrimiento de la bacteria más grande conocida: Thiomargarita magnifica, cuyas células miden más de un centímetro. Hoy vamos a volver a esta cuestión, pero desde un ángulo un poco distinto. Vamos a tratar de responder a la pregunta de por qué son tan pequeñas las bacterias.

Un razonamiento posible es que las bacterias son bichos unicelulares, y las células sabemos que suelen ser cosas muy pequeñas. Así que, desde este punto de vista no es sorprendente que las bacterias también sean muy chiquititas. El problema de este razonamiento es que no todas las células son iguales: las células humanas son diez y hasta cien veces más grandes que las de las bacterias.

!Es como si una bacteria fuera del tamaño de una hormiga y nuestras células fueran tan grandes como un perro. Y el récord ni siquiera lo tenemos nosotros: en los fondos oceánicos viven unos bichos llamados xenofióforos que también tienen una sola célula que mide entre 10 y 20 centímetros. En la comparación de antes estas macro células serían del tamaño de un campo de fútbol. O sea, que es verdad que las bacterias tienen sólo una célula, pero son células especialmente pequeñas", resalta Aparici.

¿Por qué son grandes los demás en lugar de por qué son pequeñas las bacterias?

Porque las sustancias se moverán de forma aleatoria por su interior y llegarán adonde hacen falta. La bacteria produce cosas donde puede, y luego esas cosas se van moviendo por el interior, más o menos al tuntún, y bueno, terminan llegando a los sitios.

Pero claro, eso sólo funciona si eres muy chiquitita. En cuanto la célula es grande ya hay sustancias que no llegan a su destino porque está demasiado lejos. Así que esto de no tener un transporte público las condena a ser pequeñitas. Cientos o miles de veces más pequeñas que otras células.

¿Cómo consigue esta bacteria recién descubierta hacerse tan grande?

Tiene en su interior una gran burbuja de agua y toda la bacteria está, digamos, "estrujada contra las paredes". La célula mide más de un centímetro, pero todo lo biológico está ocurriendo justo al lado de la pared. Pues oh sorpresa, cuando medimos cómo de ancha es esa capa de célula que hay al lado de la pared resulta que es... del tamaño de una bacteria normal. En ese espacio tan estrecho sí que pueden llegar las sustancias de un sitio a otro moviéndose al tuntún, no les hace falta un sistema de transporte.

¿Qué pasa si tiene que transportar algo de un extremo al otro del pelo?

Resulta que en el interior de esas células de más de un centímetro, Thiomargarita tiene medio millón de copias de su ADN. El ADN es como el "cerebro" de la célula, es el que va a dirigir el funcionamiento de la bacteria. Si tuviera una sola copia, efectivamente, esa copia no podría resolver los problemas que ocurren al otro lado de la célula. Pero si tiene medio millón de copias... digamos que cada copia se encarga de "pastorear" todo lo que ocurre a su alrededor, en un espacio lo suficientemente pequeño como para que las sustancias lleguen a su destino.

Y Aparici se pregunta entonces si ¿es Thiomargarita un solo ser vivo? ¿O es una especie de "colonia", medio millón de bacterias que comparten una sola célula? Pues seguramente no es ni una cosa ni la otra, explica, es algo intermedio, con algunos rasgos de individuo y otros rasgos de colonia.

No es un caso único, añade, ya que la mayoría de los seres vivos con células gigantes optan por tener muchas copias de su genoma y convertirse esta cosa intermedia entre individuo y colonia. Sin ir más lejos los xenofióforos que hemos dicho antes, los de las células de 15 centímetros.

En cualquier caso, lo que está claro es que Thiomargarita ha encontrado la manera de hackear lo que significa ser una bacteria: sus reglas del juego son las mismas que las de otras bacterias, pero ella consigue lo que ninguna otra logra: hacerse gigantesca.