Desde el pasado viernes, la expansión de la variante ómicron ha encendido todas las alarmas, sobre todo en Europa, donde cada vez se registran más casos y varios países están optando por endurecer las restricciones.
La directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, María Neira, explica en La Brújula que "hay que seguir con la vigilancia epidemiológica" pero con "excesiva prudencia" a la hora de implantar "medidas".
Neira señala que "aún se necesita tiempo" para saber si la variante ómicron "es más trasmisible" y para ello se está trabajando "con una intensidad increíble": "Se está remitiendo a la OMS toda la información casi a tiempo real, pero se necesita un mínimo de dos semanas para entender qué está pasando con esta variante", apunta.
Las medidas deben ser proporcionadas y midiendo el riesgo
Sobre las medidas que están tomando algunos países para evitar la expansión de la nueva variante, como el cierre de fronteras, la directora de Salud Pública de la OMS cree que estas "deben ser siempre proporcionadas y midiendo el riesgo",ya que pueden tener "un impacto muy fuerte": "El pánico es muy peligroso también", advierte.
Neira defiende, además, que la herramienta más eficaz para frenar la trasmisión sigue siendo la vacunación y para ello "debemos ser inteligentes y vacunar al mayor número de personas en el mundo para ponérselo difícil al virus".