¿Cómo tratar a las personas que se sienten superiores, que miran por encima del hombro y creen que merecen un trato especial?
Hay personas que se sienten superiores, que nos miran por encima del hombro y creen que merecen un trato especial. Esas personas suponen un problema que la psicología nos puede ayudar a enfocar de la forma más eficaz.
Todos tenemos alrededor a personas que se sienten superiores, que nos miran por encima del hombro y que piensan que merecen un trato especial. Nos las podemos encontrar en cualquier ámbito de nuestra vida: en el trabajo, en la familia, a nivel social... pero lo difícil es cuando estas personas forman parte de nuestro núcleo más cercano, porque entonces la convivencia y la relación con ellos puede ser muy complicada.
La psicóloga María Jesús Álava Reyes nos cuenta que existe un perfil determinado y se les ve venir desde la infancia. Desde los primeros años de su vida presentan unos rasgos muy característicos.
Suelen tener un temperamento fuerte e impositivo, tienden a llamar mucho la atención da igual el contexto en el que estén y quieren que todas las miradas se dirijan siempre a ellos y su autocomplacencia va en orden inverso a su sensibilidad. "Es decir, son personas que están encantadas de conocerse y que solo piensan en ellas.
¿Cómo podemos identificar a estas personas?
Su actitud en el día a día resulta muy reconocible. Estas personas:
- No sienten que deban seguir las normas que se aplican al resto. Tanto que efectivamente se sienten superiores.
- Miran a los demás por encima del hombro en la misma medida que infravaloran los logros ajenos.
- Magnifican cualquier cosa que ellas hagan.
- Con frecuencia resultan impertinentes. No saben escuchar y solo buscan que los demás les presten atención.
- No muestran empatía, ni cercanía, ni una mínima sensibilidad que favorezca una relación de igual a igual.
No les importa mentir y engañar para conseguir sus fines
Curiosamente son personas que cuando hacen algo mal, nunca se sienten mal por lo que hacen. Incluso aunque hayan metido la pata siempre responsabilizarán a otros de sus actos. Y esa falta de conexión con la realidad les incapacita para trabajo en equipo, para tareas solidarias... Y en su intento de llamar siempre la atención no les importa mentir y engañar para conseguir sus fines.
"De hecho su desfachatez para la mentira es una de sus principales señas de identidad. Entonces como decíamos no tienen empatía pero tienen mucha habilidad para detectar a las personas que por su especial sensibilidad les cuesta decir que 'no' y negarse a sus pretensiones, lo cual les convierte en personas muy manipuladoras" afirma Álava Reyes.
Son personas que están encantadas de conocerse
¿Cuáles son los errores a evitar con estas personas?
No hay que intentar que razonen cuando no tienen ningún interés en razonar, solo quieren imponer. Otro error sería pensar que dialogando con ellas cambiarían su forma de actuar, terminarán siendo razonables... "El error es creer que quieren cambiar. La realidad es que lo que pretenden es que cambien los demás" asegura.
Otro error sería escuchar con paciencia, cediendo en nuestras posturas pensando que en algún momento se darán cuenta cuando en realidad lo que quieren es seguir imponiendo sus criterios.
No saben escuchar y solo buscan que los demás les presten atención
"También sería un error dejar que marquen las pautas y las reglas de cualquier convivencia. En definitiva, un gran error es tratar a estas personas con la paciencia que no merecen y esperar lo que resulta utópico; que actúen con un mínimo de sensibilidad hacia los demás" nos cuenta la psicóloga