El cuaderno de Chapu: "Sansón y torerillo"
Chapu Apaolaza reflexiona en La Brújula sobre la actualidad política... marcada hoy entre otros temas por el corte de pelo de Pablo Iglesias.
Traigo que se ha cortado la coleta, metáfora capilar de mi Españita de cabellera cortada. Me acuerdo cuando Iglesias se presentó a las primeras elecciones y en la papelera puso su cara -el Gepeto, que diría vane- y su coleta, para que la gente lo pudiera reconocer a él y a su pelazo.
Hoy aparece en una foto en ‘La Vanguardia’ sin pelo y con pose de lector interesado, Laclau lo garçon y subrayador de tomar notas sobre cosas. Es un tipo formal, el chaval cualquiera pero con dineros. Acaso la coleta de Iglesias languidezca en el suelo de Salón de Belleza El Tijerita, acaso la hayan recogido y la guarden como se guarda un rabo que cortó Manolete casi Isabel Díaz Ayuso.
Quizás hagan de él exvotos para socialdemócratas reconvertidos, reliquias de, Sisepuede y polvo afrodisíaco para filtros de amor del chamán de una tribu caníbal de Galapagar. Ah, Iglesias, sansón y torerillo, siempre ceremonial de algo, susurro sobre la importancia de cada cosa, gravedad, acondicionador y decir constantemente que todos sabemos que esto y aquello. Todos sabíamos que se iba a cortar la coleta después de lo de Madrid, pues Iglesias nunca tuvo un pelo de tonto, tuvo un cortacésped, tinaja la Moncloíta, tres cuartas partes del país hasta el moño, un chalé, un autobús de aplaudidores, una mujer en la barrera y mi Españita, que traía un cortijo en cada pitón. Para ser un torero retirado solo le falta la finca y el Mercedes.