El cuaderno de Chapu: "De pronto caes en la cuenta de que le estamos quitando la embajada a Milei para abrírsela a Hamas"
El cuaderno de Chapu con las notas que ha apuntado del día.
Hoy traigo el batiburrillo de los miércoles en el Congreso de los Diputados. Los leones que dan sombra a Peláez andan mataronés. Hay un momento en el que, mientras habla Núñez Feijoo, Sánchez ordena a la presidenta del Congreso que corte el turno del jefe de la oposición. Que vaya terminando, le dice a Francina Armengol que de quién depende, Armengol, eh.
Estábamos en el tiempo de ver los días alargándose en atardeceres lentos y a los niños saliendo del colegio acalorados en esa locurilla de gritos y de bocatas. Pero España está como en algo de Valerio Lazarov y todo sucede a la vez, lo de la amnistía, lo de Begoña, lo de Milei, lo de Israel, lo del Sandwich de Rodilla.
Los hechos sanchistas se superponen en una melopea que por momentos resulta muy confusa y en otros, clarividente. Y de pronto caes en la cuenta de que le estamos quitando la embajada a Milei par abrírsela a Hamás.
Sánchez va a reconocer el Estado Palestino. Estaría bien reconocer el Estado palestino si el Estado Palestino reconociera el Estado de Israel, pero la historia nos dice que Palestina no va a reconocer el Estado de Israel aunque tuviera el tamaño de un sándwich de Rodilla.
No es que Sánchez castigue a Netanyahu por su operación militar, que se entendería, es que premia a los palestinos. Hamás está contento, celebra la vida. Entran en el país de al lado, torturan, violan, queman vivos y secuestran a 1.500 personas, provocan una guerra entre cunas y hospitales. Se roban la comida. Provocan la muerte de miles de civiles que mueren mientras ellos se esconden en agujeros de los que salen para grabarlo todo en 4K. Y una primera potencia les premia con la declaración del Estado Palestino. A Hamás le flipamos. Esos sí que son nuestros amigos.