El cuaderno de Chapu: "Pelosis a la mar"
Traigo que nieva tanto que Chamartín parece el apeadero de Novosibirsk. Cuesta creer que el mundo que conocemos sigue ahí debajo.
Cede el tallo de la hierba bajo el peso de la nevada y el gorrión se resguarda callado bajo el alero. A la caída de la noche, los copos bailan alrededor de la luz de la farola como pavesas de hielo naranja. La nieve ha llegado en un estallido y ya cubre la ciudad de su manto de silencio blanco y de un candor navideño. Torpea el niño en el paso de cebra, se parte el anciano la cadera y la gente sale vestida de apreski a tirar la basura como si bajaran del telesilla en Aspen. Me pregunto dónde guardarán toda esa ropa el resto de la década.
Vivimos una nevada histórica, una nevada histórica, una pandemia histórica, una vacuna histórica, una subida historica de la electricidad-te cuesta más poner la lavadora que salir a cenar. Todo es tan histórico últimamente que anelo el día en que no pase nada, ese día será historia de verdad. Dirán en la tele “Hoy el primer día normal desde hace un siglo”.
Los hitos se suceden en la rutina del asombro. Todo llega y se va. Hasta Trump, que anteayer arengaba a las masas a tomar el Capitolio, hoy reniega del asalto. Es una rectificación asombrosa, colosal, sanchista, histórica también. Le están cambiando el significado a lo de cambio de postura. Montano y Sanz Irles ya están escribiendo un guión del neolandismo trumpico que va de Nanci pelosy que viene a Torremolinos y pasan cosas. Se titula, naturalmente, Pelosis a la mar.