El cuaderno de Chapu: "Otegui y el pedrosanchizador"
Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula
Notas del 18 de octubre, resaca del congreso del Partido Sanchista Obrero Español. Mi parte preferida es cuando Sánchez sale a la pista con gorra, bigote y casaca colorada con hombreras y, a su señal, los críticos del PSOE saltan entre los aros ardiendo y hacen así con la pata.
Felipe fue al Congreso a reivindicar el socialismo no sanchista, pero ahí lo tienen en las fotos, parece haciendo las cabriolas pedristas. Sánchez tiene un filtro pedrosanchizador que según lo aplica a la realidad, parece que todo el mundo le da la razón. Parece que Felipe es sanchista, que el PSOE es el PSOE, hasta que el busto de Rubalcaba es Rubalcaba, y yo veía a Jorge Javier Vázquez.
A Rubalcaba estuvieron a punto de hacerle un vídeo de esos que cogen una foto de tu cara y te ponen a decir cosas sanchistas. Eso es el pedrismo: una tecnología. En Valencia, hasta salió hablando Pablo Iglesias el bueno. Sánchez se aparece entre hologramas que le dan la razón. Todo responde a un impulso supuesto, una imagen, un eco, un recuerdo, una presencia de espíritu. Algunos fieles se clavan de rodillas en el ruedo de la plaza de toros de Valencia, juntan las manos, ponen los ojos en blanco y después juran que les estaba hablando el PSOE de toda la vida.
Otegi está mutando. En el décimo aniversario de lo de Aiete, ha dicho que la izquierda abertzale cambió la vida de la gente. Ya lo creo. También dice Arnaldo que siente el dolor causado a las víctimas. Es algo. Peor era cuando disparaban a la gente. En poco tiempo, a Otegi le pasan el pedrosanchizador y te dan ganas de darle el Premio Nobel de la Paz.