El Cuaderno de Chapu: "Ni un millón de guionistas habrían compuesto tu nombre, Stormy"

Traigo apuntada en mi cuaderno a Stormy Daniels, musa demócrata, actriz porno y presunta amante sobornada por Donald Trump, primer presidente de los Estados Unidos imputado.

Ni un millón de guionistas hubieran compuesto tu nombre, Stormy, tornadillo en Washington, huracana de la Casa Blanca, Sirena de Ulises del Lago Tahoe con baile de pole dance y maletín con 130.000 dólares en billetes pequeños a cambio de su silencio.

Stormy, Stormy Daniels que tienes el apellido de Bourbon y nombre de escándalo de faldas como de la tormenta Georges Brassens. Stormy, magdalena del Youporn, dirigió cien películas y protagonizó 300 más, esta última con escena de juez calcetín con liga barriga y camiseta de tirantes en habitación con chicas que ríen al otro lado de la puerta en pueblos en los que el sheriff masca tabaco.

La falda le confiere al candidato un punto humano por soez y por ceder a la tentación de la carne en esta política titobérnica en la que estamos, de benjamín de cava, luces de neón, olor a pachuli en el Ramsés y cartel de habitaciones libres en motel de carretera.

La moraleja inversa consiste en que, cuanto más se estrecha el cerco a Trump, más le donan, más le quieren y mejor va en las encuestas. Uno podría pensar que debiera ser al revés, pero se viene dibujando últimamente una paradoja política por la cuál, cuanto más empuran a un político, más le votan los ciudadanos. A ver si detrás de todo gran hombre hay una actriz porno sobornada.