El cuaderno de Chapu: "Fumata blanca"
Chapu Apaolaza analiza la actualidad política en La Brújula
Notas del 13 de octubre, fumata blanca. Sé de dos actores que se fumaron un cigarrito de la risa en el callejón de Las Ventas y cuando los banderilleros salían de los pares, se miraban unos a otros con los ojos como platos y se decían de lejos: "Aquí huele como que han fumao".
Me gusta el olor del bipartidismo por la mañana, Sánchez se han dado la mano con Casado en Yuste en un homenaje a Merkel. Angela, me gusta cómo suena. Como Horgue. Mi españita sepulturera entierra tan bien que entierra a los mandatarios de otros países. A partir de los 50, si por la mañana no te duele nada o te hacen un homenaje, es que estás muerto. Angela, para la izquierda antes era una bruja y ahora es una santa, lo contrario de lo que le pasará a Yolanda Díaz.
De merkelianas maneras y con ecos de la grosse coalitionen o como se diga, el PP y el PSOE acuerdan renovar el Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo y el flequillo de la ministra de Trabajo, un mechón que es panta rei porque la peina Heráclito, pues nunca es el mismo. Díaz -Campanilla de Fene- pretende salvar el comunismo por la vía del buen rollo y la estética capilar, mucho mejor que la vía judicial de Ione Belarra, ministra de erres y de la persecución judicial, dice en Alsina Etxea que a Isa Serra y a Alberto Rodríguez los ha condenado el Supremo sin pruebas. A los condenados, investigados y otras hierbas de Podemos los recoge Irene Montero en el Monasterio de Igualdad, que ya no sabe uno si está en Igualdad o en un taller ocupacional de la penitenciaría de Puerto II. Los sueldos de los asesores los pagan los ciudadanos, pero dime, España, para qué está un amigo.